martes, 22 de diciembre de 2015

La Vara Trail 2015



Lugar Sierra del Noroeste, Caravaca de la Cruz.

Hora, sitio salida y llegada: 08:00, ida y vuelta desde el pabellón Juan Antonio Corbalán.

Tiempo máximo: 9 horas, que eran 10, pero que la organización debe ser que se cansó de esperar a los últimos...aunque pagaron lo mismo que los primeros.

Distancia y desnivel: 42 kms con un desnivel acumulado de 4.600, que finalmente fueron 48 kms y vaya usted a saber que desnivel.

Cota: Máxima de 1.402 metros. Mínima de 570 metros, o al menos eso dijeron

Precio de la inscripción: 30 euros.







Número total de inscritos:      Dijeron que 110.                      Mi dorsal: 56
                             
Primer Clasificado: Angel Mayor en 5:16

Mi clasificación: Pues, entre que llegué con la carga de toda la temporada, mis problemas musculares y mi estóma......vale, que el 74 de los 76 que acabaron...y gracias, por que camino del 21 ya no podía más. "Solo" tardé 8:51:08, 9 minutos más y llego fuera de control. Pero llegué.


Como cambiaron el recorrido varias veces, pues el perfil podría ser éste....






... o éste...




...o quien sabe si éste.





Ultima carrera del año, ¡¡árbitro, la hora¡¡. Llego fundido a línea de salida, así que mala pinta tiene la historia. Tras ocho pruebas exigentes (3 ultramaratones, 3 maratones y dos carreras de más de 21 kms, todas menos una, de montaña) estoy cansado antes de empezar.


Otros corredores podrán apuntarse a una cada quince días. Yo no. Me mantengo en forma. Me intento cuidar, pero mis piernas tienen un límite que ya de por sí vengo forzando. Además, parecerá un contrasentido para los no corredores, pero este año he entrenado de más (más de 3.000 kms) y tanto el defecto como el exceso se paga.


Al terminar la Cartagena Trail, hace tres semanas, sabía que esta prueba de hoy iba ser "la madre de todas las maratones". En dichas tres semanas intenté compaginar el descanso con el mantenimiento activo haciendo pocas salidas, no muy duras, para intentar recuperarme. El martes pasé por el taller y el fisio ya me dio su veredicto y sentencia. Tensión muscular y necesidad imperiosa de descanso. El fisio me aplicó acupuntura directamente a los sartorios de ambas piernas, pero me lo dijo claro. ¡¡Tienes que parar¡¡. Y como siempre, hice caso. El domingo 48 kms de montaña, exigentes. En las fotos podéis ver las tiras rosas que me puso para "aguantar" los músculos sin que se me desmoronaran.


8:15 de la mañana. Todos los macedonios juntos. Llevábamos sin reunirnos desde septiembre. Este fue uno de los principales motivos de ir, la reunión. Al lado nuestro el incombustible Anthony of the Kings y la corredora que nadie quiere ver, la "escoba".





Allí estaba otro que nunca falta, Pablo Footer Troter, que también me lo encontré en lo alto del Pico del Buitre. Allí me dijo que su fin de semana había sido bueno....y algo más, pero es que llegaba tan mal que se me olvidó el resto. Eso sí, compartió noche con Fausto, así que a lo mejor un día de éstos nos dan la sorpresa y anuncian algo. Foto de lujo con mi compañero de viajes, Pepe.




Ya tenemos ofertas de la saga de La Guerras de las Galaxias (esa que ahora todo el mundo llama Estar Güors) para un papel de clones.


Venga, que me salgo del tema y luego se me van 5 hojas de crónica. Salimos 15 minutos más tarde de lo previsto, empezando por dar una vuelta a la pista de atletismo, que fue la parte donde menos sufrí. Esos primeros ¡¡200 metros¡¡. Salida urbana de Caravaca a través de una rambla, un par de puentes de madera, el museo de la Fiesta (que Richy quiso visitar tanto a la ida como a la vuelta) y a poco de salir, empezaba la primera subida.





Pepe decidió tirar hacia adelante junto con Antonio y ya no le vimos hasta la entrada en meta. Así que no veremos más su foto, eso le pasa por hacerse el serbio. Y lo de éste, será un capítulo aparte. Atrás, Richy, Fernando, Salva y servidor. Fausto, que supo regular muy bien para terminar, se impuso su propio ritmo desde salida. Vamos, que no nos hizo ni caso.


Primera, el Alto de las Balsicas y si bien mis músculos me respaldaban notaba el cansancio. En ningún momento me sentí cómodo subiendo. El estómago revuelto. La respiración pesada. Y la cabeza echando leña al fuego de verme nada más empezar tan cansado como si estuviera a 4 kms de meta. No nos engañemos, sabía lo que iba a pasar.


Un clásico, la conversación política salió a escena y en el día mas indicado, elecciones generales 20D. Con el tiempo que llevamos corriendo juntos y las carreras tan largas, aquí cada uno ya sabe de que pié cojea el otro. Desde el radical, hasta el conservador, desde el vacilante hasta el comprometido. Ya cada uno que se apunte el rol.


Sin llegar a los 10 kms, primera caída. Pero esta vez fui previsor, llevaba guantes. Ni un rasguño.


Primer avituallamiento y cosa rara, me trago un gel, a ver si me sirve de algo. No podría decir que el sabor era mejor o peor, pero la textura del potingue que me eché a la tripa fue entre peliagudo y ay-madre-mía. Poco más comí. Fue la tónica de toda la carrera. Avituallamientos algo distanciados de más, con poca variedad y un inexplicable último avituallamiento a lo que la organización dijo que era dos kms a meta, que fueron cuatro.






Primera bajada en un terreno de pinos, arbustos y muchas piedras. Piedras y mas piedras. Que hartura de piedras, a ver cuando limpian esos montes de tanta piedra. En este caso el mayor problema fue la cantidad de piedras sueltas.


El gel de fresa-frambuesa-vaya-usted-a-saber empezó a hacer su efecto en la bajada. Peor no pudo haberme sentado. Un dolor de estómago de cuidado. Oteé en lontananza donde estaban los aseos de La Vara, que, felizmente, no hicieron falta.


Poco duró la alegría de la bajada, tocaba ascender al punto álgido de la maratón, el Pico del Buitre. Mi tercera vez en esta subida y cada una de ellas por una ruta distinta. Larga, pero lo que se dice larga. Se pegaba de una forma tremenda, si a eso se suma unas piernas fundidas y que el motor diesel lo tenía en la reserva, da como resultado una escalada muy sufrida.





Ya no fueron las primera dudas. Esas las llevaba de serie desde el comienzo. Si no la seguridad de que el día iba a ser especialmente duro, pero, eso sí, también la seguridad de que ¡¡si se puede¡¡.


Nos disgregamos. A la marcha de Pepe, se suma en la subida la de Salva y Richy mucho más frescos. Sin poner mucho de mi parte, voy dejando atrás a Fernando y Fausto. Solo, me encuentro solo. Pues nada, cuando el seguir se pone duro, solo los duros siguen.





Con paciencia subí y subí. Hasta toparme con una pared vertical de unos 100 metros que ni el calleja de la tele. Ahí quisiera ver yo a los bisbales, coronados o roviras de turno. No podía más. No era el dolor muscular, era la falta de motor, de fuelle, de oxígeno, de fuerzas. Iba arrastrando los pies a cada paso. Sin ser una subida muy vertical salvo en el tramo de la pared, era exigente y agotadora.


A poco de alcanzar la cima, aquí estaba otra vez Footer Trotter como salido de la nada. No sé como lo hace, pero siempre está en cada esquina.




La mejor foto que me pudo echar, casi a cuatro patas, tirando más de testosterona (léase güevos) que de fuerzas, que no me quedaban muchas y tenía todavía más de la mitad de la carrera por delante. Es cierto que sufrí mucho la carrera, pero si de algo me acordaré felizmente es de la resistencia mental ante la ausencia física. El no rendirme pese a tenerlo todo en contra.


En la cumbre me encuentro de "acampada" a Richy y Salva. Esperamos a los demás y foto al canto.




En las primeras rampas de la bajada queda claro el panorama. Salva y Richy van muchos mas fuertes. No puedo seguirles, de hecho, mi debilidad física me asusta y mido el ritmo para no caerme y hacerme daño de verdad. Los veo marchar pero mi objetivo no es seguirles, es otro, aguantar y ver hasta donde me queda la reserva.


Bajada con más miedo que vergüenza, incluso en la zona de camino forestal amplio voy dando traspiés al borde del agotamiento. Pero algo me animaba. Ese algo indefinible que te brota del interior, ese no querer rendirse, ese convencimiento de que hoy no toca pararse. Y así llego al avituallamiento del 22, mitad de carrera. Simple y llanamente, muerto. Me dolía todo y mi situación general era, digamos, catastrófica.





Desde aquí empezó a cambiar la cosa. No, el físico no se recupera, pero se entra en un punto donde la resistencia da paso a la resiliencia, esa capacidad del ser humano para superar sus adversidades. La primera buena noticia, Richy estaba esperándonos. Fue otra vez, quien me ayudó a llegar a meta. Salva siguió su camino, al final nos sacó una hora.


Casi seguro que hubiera acabado, pero en compañía de Richy, la cosa fue mucho mejor, al menos, compartida. Hablamos de lo divino y de lo humano, de Dart Vader y Yoda, de la MSN y del ridículo de Cádiz, de todo hubo tiempo, y pim pam, pim pam, los kilómetros iban cayendo.


Segunda noticia buena, la chispa de la vida empezó a caer en los vasos. Voy a empezar a cobrarles por la propaganda, pero ese azúcar en vena hizo milagros. Tercera y última, entré en el momento zen. Sin mejorar mi estado físico, mi mente y mi cuerpo se anestesió al sufrimiento, abandonó el pesimismo y desistió de la desesperación para adecuar el paso al objetivo de hacer meta.


Salimos del avituallamiento y en pocos kilómetros alcanzamos la bifurcación para los que acababan la media maratón y los que seguíamos a maratón....¿que hago?....bueno, no me lo pienso mucho por si flaqueo.


Subida. El Pico de El Reventón, que sin ser mas largo ni mas duro que el Pico del Buitre fue el único momento en que temí que mi nueva aventura concluyera. En las primeras estribaciones, el dolor de ambos sartorios hizo aparición. Dejo marchar a Richy. Me paro. Me saco las piedras de los bambos. Sigo a ritmo lento, pero el dolor no baja. Saco el móvil, primer parte de guerra a Pomelandia. En esta ocasión no quise endulzar la situación. Estoy fundido fue mi mensaje literal.


Saco un pequeño bocata y sigo andando. A lo lejos veo a Richy, que zagal, muchas gracias, pero de verdad, no tienes que cargar con minusválidos, podías haber seguido solo y hacer meta con Salva...¡¡¡y lo sabes¡¡¡.


Coronamos y en la bajada, revivo un poco. Más piedras que la acrópolis de Atenas. Ojito a no irse al suelo. Y llega el momento felixrodríguezdelafuente. A unos 200 metros vemos pasar en fila india por una senda a unos diez jabalíes de todos los tamaños. Si pudiera esprintar me habría subido encima de uno para que me llevara un rato. Animalicos, si os pillara Obélix




Me viene a la memoria mi niñez. Los cómics que leíamos mi hermano y yo. Entonces pensaba que la vida era todo diversión y felicidad. Me equivocaba, pero, esa es otra historia.


Al pie de El Reventón, avituallamiento. Pues ya por el km 26. Nos dicen que, según creen, quedaba un única subida. Se equivocaban. El recorrido que originariamente era de 42 kms, pasó a 48 kms largos. Mas o menos bien balizado, aunque no del todo, de hecho, en una de esas, nos perdimos y echamos 500 metros de mas en ir y volver a buscar el camino.


Podría decir en favor de la organización que el recorrido era estupendo, precioso, de ensueño, pero no sería justo. Que el recorrido de una carrera sea bonito o no, no es mérito de la organización, si no de la naturaleza en sí. Por donde corremos, corrían animales y personas hace cientos y miles de años. Ya estaba allí mucho antes de que se inventaran los dorsales y los sableos de las inscripciones. Lo que si pueden hacer bien quienes organizan carreras de este estilo es diseñar una ruta adecuada, y, tampoco en esta atinaron.


Cuando a un camino de por si duro se le añaden recovecos y sube-y-bajas innecesarios, senderos impracticables y cañadas pedregosas peligrosas, pues, no se le da emoción, mas bien se putea a los corredores. Se sufre, está claro, pero el que diseña una carrera, lo mínimo que tiene que hacer es ponerse en la piel de cada corredor y no llevar el límite más allá de lo médicamente necesario.


Cuando salimos de aquel avituallamiento vemos a la lejos a Fausto y Fernando. Les echamos un grito, bajamos el ritmo para ver si nos alcanzan, Les llevamos poco más de 500 metros, pero no aparecieron, de hecho, se les busca en los Andes, donde se dice que están comiéndose entre ellos. Se los tragó la tierra.





Subida no muy larga hacia La Alberquilla. Estuvimos adelantándonos con un compañero de ruta que llevaba un vara de 2 metros o era quien le daba nombre a la carrera, La Vara Trail o era el famoso viejo la vara. Cada vez me encuentro mejor. Ha sido una carrera que, en contra de lo esperado, he ido mejorando con los kilómetros. En esta segunda mitad, fue donde más kilómetros corrí.


Cima y nueva bajada, no muy larga, aprovecho para segundo mensaje a Pomelandia. Informo que mejora mi estado para que no se preocupe. Llegó el momento nostálgico, siempre estará con nosotros. Siempre nos acordaremos de ella.





Según el perfil, ya no había más subidas, así que esta cuesta, ¿que es?. Tras 10 minutos de subida continua. Richy me convenció que no era subida, que era  bajada hacia arriba. Así que piloto automático. A poco que el camino se endurecía hacía la goma, me iba quedando y Richy me sacaba un par de decenas de metros. Adelantamos a una pareja de sufridores que se creían a 4 kms de meta. Les sacamos del engaño y les damos la mala noticia, no son 42, si no 46, "lo dijeron en la reunión previa a la carrera". Finalmente fueron 48. Otra para el debe de la Organización...y van...


Cuando menos lo esperamos, aparece un nuevo cartel, Calar Ortega, quinta cima.




Nos perdimos. No iba mirando las balizas, así que, mea culpa, de repente no vemos señales, avanzamos unos 250 metros y nos tuvimos que volver, 10 minutos perdidos, Regresamos al sendero y empezamos la que esperábamos fuera la última bajada.


Otro mal sendero, con zona de tierra y piedra y algún trozo peligroso, pero con el convencimiento que esta medalla no se escapaba. Me gustó esta bajada pese a todo, con el animo por las nubes al verme en auge en lugar de declinando. Cuidado con las caídas....¡¡al sueeeelooo¡¡¡. Fue una culada, pero sirvió de aviso a navegantes, no has llegado a meta, así que no te confies.


Avituallamiento, tan monótono como siempre y pregunta al avituallador, ¿como quedó el  Barcelona?. Y no, no lo pregunté por que sea culé, nada mas lejano a la realidad.




Lo hice por mi primera pomelita, que no se sabe por qué, si lo es. Y me dice el avituallador, literal, "Messi, un gol. Suarez, dos goles. Y River, 50.000 patadas".


Cogemos camino de cemento y descanso los pies unos cientos de metros hasta que llega la rambla. Vamoooossss, que hartura, piedra grande, pequeña, sube, baja, vigila no torcerte el tobillo, caminos de ida y vuelta a la rambla totalmente innecesarios, la paciencia al límite. Si después te enteras que la "escoba" decidió saltarse este tramo y bajarse en coche, pues, apaga y vámonos organización.


Ya se ve Caravaca al fondo, pero como en la UTBS, a la organización le da por añadir kms por que sí. Vueltas y vueltas sin sentido, pero, un oasis entre tantas piedras, un plantío de arboles en flor por la primavera fantasma, son unos preciosas flores amarillas.


Ultimo avituallamiento, km 44 nos dicen, dos a meta, nos dicen. Pues ni lo uno ni lo otro, el gps de Richy acabó en 48 kms. Mira, ya da igual, tras superar el sufrimiento y el agotamiento inicial, el desfallecimiento de fuerzas general, no voy a rendirme aquí. Pero nos cuentan que ahí mismo tuvo que abandonar un corredor a 4 kms de meta, con vómitos.


Entramos Caravaca, otra vez por la puerta del museo de la Fiesta hasta la pista. Allí llega el momento del triunfo. Salen corriendo los hijos de Richy para acompañarlo. Meta.


8:51, muy, pero que muy cansado, pero meta. Nos dan una medalla, vamos, un trozo de lata en el que ni se molestaron en grabar el nombre de la prueba ni la fecha.





Poco después apagaron el cronómetro, así que los que entraron después, lo hicieron solos en una suerte de desprecio a los últimos finalizadores que pagan los mismo que los del medio y los del principio y cuyo esfuerzo, casi seguro, que es el doble. Esto si que no, es un detalle imperdonable..


Algunos llegaron cuando ya os habíais ido, no les esperasteis, pero llegaron. Ahí estaban Fausto y Fernando. No se les había tragado la tierra, felizmente.






Resumiendo para la organización, recorrido muy mejorable en algunos tramos; avituallamientos sosos; arroz para quien lo pillara; bolsa de corredor paupérrima que valorada en 50 euros por la organización y que con una camiseta de mal material, unos calcetines enclenques y un pin, no valía mas allá de 15 euros; pero que no tengan el detalle de esperar con honores hasta el último finalizador dice muy poco de quien la organiza. Mucho tendrá que mejorar para la próxima edición para que pueda haber una tercera, por que, estas carreras se basan el el boca a boca....ahí lo dejo.


Pues eso, medalla, besos y abrazos,


Y veo a Pepe, el niño perdido, que nos cuenta que bajando del Buitre se dio cuenta que había perdido el dorsal y tuvo que volver a buscarlo. No contento con eso, en la bifurcación de la media y maratón, se equivocó y cuando llevaba 5 horas y 10 minutos se vio entrando en meta, antes del primer corredor de la maratón. ¡¡¡Yayo¡¡¡.


Otro ladrillo en la pared. El mundo al revés, la carrera que en la que iba mejorando cuantos mas kilómetros y horas iban pasando. Pese a la agonía inicial, tanto en meta como ahora rememorando, el balance es más que positivo por la fortaleza mental que hizo posible acabar.


Ahora si, ahora toca descansar en serio, al menos tres semanas de paro total, sin bicicleta ni paseos ni nada. Recuperarme para abordar nuevas aventuras y nuevos retos para 2016.


Felices fiestas a todos, que el año nuevo os traiga toda la felicidad que os mereceis.


¿Que dices? ¿Que?. ¡Ah, si, se me olvidabaaaaa¡.





¡¡¡¡Cantabria, mañana, será republicana¡¡¡¡


¡¡Roma Victrix¡¡



3 comentarios:

  1. En meta estaba uno de los organizadores con la medalla para colgar en mi cuello, a cada uno lo suyo. Yo sigo con mi lucha mental, de momento te felicito por tu carrera, Macedonia ha triunfado, Serbia ha perdido.- Nuestra próxima batalla será la buena, todos juntos, espero.

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  2. Te dire que en meta, para los que llegamos unas horas antes, tampoco habia mucho mas.... Enhorabuena!

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  3. Lo dicho, que no me he perdido nada, vosotros sois de otra pasta. Un saludico.

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