miércoles, 8 de febrero de 2017

IV Maratón Ciudad de Murcia




Hora de Salida: Domingo, 29 de enero, a las 8:45...¡¡15 minutos tarde¡¡.

Distancia: Pues 42, 195 kilómetros, vamos, lo que viene siendo una maratón.

Número de Dorsal: 668.

Precio Inscripción: Fui de gratis, "patrocinado" por mi amigo Ricardo

Total Inscritos: Algo más de 700, esto va de capa caída.

Primer Clasificado: Fernando Villegas Jaén en 2:30
                
Mi Clasificación: Que vale, que tengo que entrenar más en asfalto...¡¡o no¡¡...acabé en 4:09...pero acabé. Mi peor marca de siempre.




Pues sin comerlo ni beberlo y lo que es peor, sin entrenarlo, me encuentro en la línea de salida para la IV Maratón Ciudad de Murcia. Creo que ya voy pasado de rosca por que no es normal que de la noche a la mañana decida ponerme a correr 42 kilómetros sobre asfalto, pero claro, no podía rechazar la oferta de mi hermano macedonio, Richy, al cederme su dorsal.



Siendo mi gran objetivo del primer semestre correr los 112 kms del Ultra Trail Los 10.000 del Soplao en mi tierruca, todos los kilómetros que entrene, suman. Sí, ya sé que parece una "sobrada" hablar de entrenamiento correr una maratón, pero es que no podía ser más. Hace años que no corro en asfalto. He perdido el ritmo de correr tal distancia de continuo y sobre una superficie dura que castiga mucho. Vamos a confiar en el "fondo de armario" que suponen las horas de entrenamiento.


En línea de salida coincido con mi hermano macedonio Pepe, con Jaguar, con Paquito, con Paco Bravo y el escoba del evento, mi hermano macedonio Fausto. Quince minutos de espera antes de salir. Con toda su buena intención, esta carrera va de retirada, con varios cambios de fecha en sus cuatro ediciones y con una merma del 50% en el total de atletas en línea de salida.







Pistoletazo de salida y salgo bien tranquilo. Sé que no estoy para la distancia, que tengo que ir "km a km". Atrás queda mi marca en la misma prueba de 3:37 hace cuatro años. Entonces entrenaba, y mucho, en asfalto. Ahora, nada de nada. El asfalto es duro, castiga mucho las articulaciones y los músculos. En los momentos de agotamiento, tiene que mandar la mente para llevarte hasta línea de meta.


Recorrido que empezamos por la Gran Vía y ya desde el primer momento, me descuelgo a los últimos puestos. Se que es una locura participar en mis condiciones, pero también tengo una cosa que solo dan las horas y kilómetros corriendo por los montes: Paciencia.


Enseguida me pongo a la par de los Zumbaos. Rai, Córcoles y Jesús. Cargando con el globo de las 4:30. Hombre, me digo, a tanto no llegará. Jijiji, poco faltó. Aquí voy "de paseo".




Jesús y yo nos vamos por delante. Tranquilos. Conocedores ambos que lo importante es llegar y, en estos casos, intentar sufrir lo menos posible. Ritmo lento, de ultramaratón, mi ritmo. Ahora me pongo a pensar como he podido hacer 3:27 en esta distancia, a una media de 4:50. No me lo creo.


Durante un buen rato se nos pone a la par Gabi, corredor de 1000 carreras al año, que no dejó por saludar a nadie, hasta los árboles le levantaban la mano.




En los primeros kilómetros nos llevan por la zona de La Fama y La Flota, vacío de gente. Deprimente. Volvemos por donde vamos, en una suerte de recorrido de ida y vuelta. Cruzamos el puente, km 6 y ¡¡qué pocas ganas me quedan de asfalto¡¡. Pero ahí vamos. Nos cruzamos con Antonio de los Reyes, gran tipo, terminó seguro.





Llegando por el km 12 Gabi se descolgó. Casi seguro que siguió saludando a las farolas, a las papeleras...que gran tipo y no sólo de tamaño. Eso sí, hizo meta como un campeón.


Torcemos hacia el Infante Juan Manuel, avenidas largas, para correr, el que tenga ganas, claro. Pepe y Jaguar se hartaron.


Paso elevado y venga a cruzarme gente....¡¡¡pero si es Salva López¡¡¡...otro macedonio en carrera. Este un fiera, una máquina, pero claro, con esa vida tan interesante y apasionante ya podrá. Dopado de testosterona en su segunda juventud.




Las avenidas se me hacen larguísimas. No me gusta nada correr por ellas, viendo como otros vienen y a mi me falta mucho para acabar de ir.


En la vuelta por el paso elevado, Jesús hace un alto. El señor Roca le reclama. Me veo solo y me vengo arriba. Corro los mejores kilómetros de toda la prueba. Bien, sin ir muy ligero, pero sin sufrir. El ritmo fue bajo, pero en ningún momento tuve dolores musculares ni articulares. Buen síntoma....hasta que me acordé que tengo plantas en los piés.


km 14 y mi estomágo me manda el mensaje de parar. Voy mirando a todas partes pero no veo aseos portátiles para los corredores. Error. Así aguanté hasta el km 18, en una bar enfrente del Zig Zag hice mi primera parada de 5 minutos. Ya no podía más.


Mas "relajado", vuelvo a la carrera subiendo por la avenida Juan Carlos I. Ya bajando veo a Jesús. "¿Qué ha pasado?", me dice. "¿Si ibas por delante?". "Si", le respondo, "pero he tenido que parar a "descargar". Ahora te cojo", le digo sin fe.





Giro km 19 y emboco la avenida hasta la Plaza Circular. Por mi, ya está bien, he corrido suficiente. Empiezan a dolerme, y mucho, las plantas de los pies. Tras años sin correr por asfalto, la falta de hábito me pasa factura. El dolor persiste y lo soporto por que voy camino de medio maratón, el tramo mas animado.


Empieza la segunda vuelta. No me gustan las carreras se repiten, por que no tengo nada nuevo que ver, además, el recorrido me parece eterno, como he dicho, está muy bien para los que quieren "correr", pero a mí me agota. Si, sé que es un perogrullada, pero es así.


Km 22 me cruzo otra vez con Pepe y Salva. Ya voy runfando y me quedan otros 20 kms. El dolor de las plantas de los pies me está matando.


La Fama ida y vuelta. Pasando por el puente, avenida y llegando al km 28 decido que basta ya. Ya vale como "entreno". El dolor de las plantas de los piés es insoportable. Me da mucha rabia, por del resto me encuentro perfecto, incluso, con más fuerzas de las esperadas pero es que cada pisada es una tortura. 42 kilómetros de pisadas, supongamos 35.000 como mínimo. Si estoy en el km 28, que menos que me queden otras 12.000. Aaaaadioooosss¡.



Me paro y como no puedo ni andar del dolor, me quito lo bambos y las medias. Me pongo de nuevo los bambos sin medias y echo a andar camino de mi casa. "Pues vaya, si ahora parece que no me duelen tanto", me digo. Tras 10 minutos parado, sin medias, pies desnudos sobre los bambos....¡¡dedico seguir¡¡. El irreductible cántabro que hay en mi se niega  rendirse...




... en el 36 no me haría tanta gracia. De frenopático. De hecho, no es solo que siga, si no que me veo bien físicamente y aprieto.


Camino del paso elevado, voy saludando desde cola del grupo. Feliz. Corro, me duelen algo, pero me veo bien.


Entro de nuevo en la zona del centro, km 36 y el muro me pasa factura. Sin problemas físicos ni musculares, no me quedan ganas de seguir. Aún así sigo gracias a la cabeza que ha decidido que hoy no es día de retirarse.


Km 37, me cruzo con Pepe que va disparado camino de la meta. Bajando por la Gran Vía, desoladora imagen de unos pocos cientos de animadores. Jardines del Salitre, ya descontando metros. Solo sigo por "güevos" no por ganas.


Km 39, enfilo la subida de Juan Carlos I. Veo el bar de la "descarga", ¡¡que bien me vendría una chispadelavida¡¡. Los avituallamientos, no estaban mal, pero algo anodinos.


Km 40, ya camino de la meta y veo a Salva con su Inma subiendo....no contento con correr la maratón por debajo de 3:30 se fue a buscarla para acompañarla a meta....¡¡¡eeeellll amorrrrr, es el huracaaaaán¡¡¡.


Km 41 y ahí está el ultramaratoniano. Me duelen los pies, sin calcetines, sin comida, decido apretar. Ultimo kilómetro en 4:25 fue el puntazo. Adelanto a muchos corredores, a ritmo rápido. Gran Vía, veo el final en la plaza del Cardenal Belluga.


Meta.


Se pudo hacer mejor, se pudo hacer mejor, pero con lo que había, se hizo bien. Falto de ritmo y entreno de la distancia, saqué varias conclusiones. Para competir en esta distancia, hay que entrenar. Para participar, como fue mi caso, al menos, prepararla un poco. Lo mejor, la capacidad de sufrimiento. El excelente estado físico sin dolores. Y ese kilómetro final de velocidad que me da muchos ánimos.


Ahora, a por la próxima, la Infern Trail, en Orba. 43 kms y ya en mi terreno, la montaña.




¡¡Roma Victrix¡¡