miércoles, 8 de octubre de 2014

IX Maratón Alpino La Almudayna 04-10-2014

Fecha; 04/10/2014

Hora de la Salida: 09:00

Lugar: La Almudema a unos 10 kms de Caravaca de la Cruz.

Desnivel positivo: 2.018 metros

Precio de la inscripción: 30 euros (federado)

Número de Dorsal: 47

Primer Clasificado General: Francisco José Díaz Pozo del CM La Unión Roller, en 3:44:38 a 5:29 el km., de la categoría Senior Masculino.

Total Inscritos: 114. Finalizaron 90 con 24 abandonos (26% del total)

Mi tiempo: 5:59:40 a 8:31 el km.

Mi puesto en la general: 45º.

Primer Clasificado en mi categoría Master 40 (de 40 a 49 años): Javier Salar Mayor del Club Senda, en 4:06:55 a 5:51 el km.

Mi puesto Master 40 (de 40 a 49 años): 10º de los 31 inscritos, y 25º de los que finalizaron (19% de abandonos).



Ya tengo el plan. Ya tengo el sitio. Y no es un sitio cualquiera: la serranía de Caravaca de la Cruz.

Para mas detalle, no dejéis de leer una reseña sobre la historia del pueblo y de la Vera Cruz....que si reunieran todos los trozos de la cruz de marras, podríamos crucificar a todos los polit....esto, que hay muchos trozos, no?.


Un año viví en ese bonito pueblo, por motivos laborales, 1995-96. Y guardo muy grato recuerdo tanto del pueblo en sí, como de las personas con quien lo compartí. Paco, Reque, MªFrancis, Raúl, Chema, Rosa. Fue un buen año.

Mi medio pomelo siempre me insinúa....

 -..."¿que harías tu allí, que cuando bajabas el fin de semana, te dormías a las primeras de cambio?".

Bueno, pues, con 27 años que tenía, tampoco era plan de "guardar ausencias". Bicicleta, fiestas patronales de los alrededores, mas de una mañana llegué a la oficina en "coma físico".

Ahora me pasa lo mismo, vamos, que me duermo, pero algo tienen que ver los casi 47 años.

*************

Dicen que todo en exceso no es sano. No digo que no, pero yo no me cansaría de viajar, disfrutar y otras cosas que acaban en ar, pero es cierto que, físicamente, el cuerpo tiene unos límites, y, a veces, creo que los traspaso, y me lo hace pagar.

Con solo tres semanas de descanso desde la USN71, donde tardamos 15 horas, mi recuperación fue mas lenta de lo habitual. Los años no pasan en balde.

Las semanas previas a La Almudayna fueron una suerte de montaña rusa, yendo de arriba a abajo sin suerte de continuidad. Unos días, fundido. Otros, pletórico. Mala señal. Para rematar la faena, a cuatro días vista, me cogí una "pájara" monumental en unos de mis entrenamientos que me dejó seriamente preocupado.

Así, a las siete de la mañana, pensando y cavilando iba en el coche de mi fiel compañero de fatigas, Pepe Gálvez, y también junto con mi amigo Adrian, cuando tras un par de frenazos, tres bancos de niebla y cuatro bandazos, se me olvidaron los malos pensamientos.

¡¡¡¡Pepeeeee¡¡¡¡....¡¡¡madre mía, que viaje¡¡¡. Que si no veía, que si había niebla, que si ponía las largas, que si de repente íbamos a oscuras......vamos, que si tenía algo de cansancio o sueño, Pepe me lo quitó de golpe....señor, señor....si estuve a punto de rezar el rosario entero.





Hemos llegado, que era lo importante. Recogemos el dorsal, chip y empieza lo mejor de cada carrera, que no es otra cosa que saludar a los compañeros y amigos.

Al "armario ropero" Paco Bravo, que no se pierde una.

Al "jefe", Manolo Rico, toda una institución, que a sus sesenta y esos, sigue dándole y dando lo mejor de sí para él y para los demás.

Al "mudito", Juanfran,  capaz de ir subiendo por la cuesta mas empinada y siempre algo te va contando.

Al "perdío", Pepe Navarro, que hacía, fácilmente, 20 años que no le veía.

Y otros tantos más. Nada, zagales, suerte y a disfrutar.




Tras un desayuno calentito de chocolate y una magdalena, era el momento de la verdad.

Pasamos por el taller. Dejamos lo innecesario y me "encasqueté" la mochila. Últimamente la llevo, no solo por la carga en si, sino mas bien, para que me tape la zona lumbar. Aprovechando el asunto, eché dentro orejones, almendras y membrillo. En esta no me pasa que me quede sin comida.


Caravaca de la Cruz, en medio de la Sierra, pensé, aquí va a ser difícil meter algo de la historia de Roma pero.....




....que hacían Gaius Longinus Barbatus y Lucius Cornelius Desmangatus aqui???.

Nada, antes de empezar, Ramón Iborra, ¡¡¡¡¡Roma Victriiiiiixxxxx¡¡¡¡¡...el año que viene te espero para los Bosques del Sur.

Bueno, al lío.

Salimos ya. Pequeña bajada, que me imagino que habrá que subir después (y si, tuve que subir en meta), y cogemos camino ancho.

Según la organización, la primera mitad del recorrido era llevadero. Espero que no sea "llevadero" como fue en la USN71, que casi me muero-matau-cadáver.

Si de algo tengo que estar satisfecho de esta carrera es del planteamiento. Le dije a Pepe que tirara si se veía bien. Que yo iba a empezar tranquilo. ¡¡Y lo cumplí¡¡.

Desde los primeros metros me voy quedando. No tanto por cansancio, que también, ni por pesadez de piernas, que también también, si no por miedo. El camino es largo, no conozco el recorrido y no me quiero arriesgar a fallar.

Voy a mi ritmo. No fuerzo. A lo lejos diviso la camiseta naranja de Pepe, cada vez mas lejano.

Tras unos primeros kilómetros de tanteo, la primera subida. Es corta, pero está claro que las piernas están algo trabadas. La USN71 pasa factura.

Pero, es ahí donde recorto distancia a Pepe. Le veo coronar cuando yo voy a mitad de camino.

En la bajada, descanso y mucho resbalón. El terreno está húmedo después de las últimas lluvias y se me van los tobillos con facilidad.

Vuelta al llano, alcanzo a Pepe en el km 8. Va bien acompañado de Paco y otro corredor, y muy bien acompañado por Esther Sánchez.

Chapó. Esther nos contó que la semana pasada había hecho la UM Bosques del Sur, 18 horas, y aquí la tengo, a mi lado, como si tal cosa. Ella a su ritmo, su marcheta. En los avituallamientos, casi no se para. No va rápida, pero va muy constante. Síguela si puedes, yo no puedo. Acabó como primera fémina, la 25º en la general y me sacó, "solo", 51 minutos....y la semana pasada había hecho 125 kms. Bárbaraaaa¡¡¡¡.

En la zona de camino ancho vuelvo a hacer la goma.

Pepe aprieta el ritmo, yo me quedo. Diríamos que regulo, pero, la verdad, es que me quedo. Me pesa todo.

En cada avituallamiento bebo mucha agua. Si, soy muy exigente, quizás, pero los ví algo escasos de variedad, aunque no de cantidad. Y el remate fue la falta de otra cosa que no fuera fanta o agua al final, y encima, la organización se justifica diciendo que "llevaba dando coca-cola" desde la 10. Entonces, para que pagamos los corredores, para organizarles las fiestas a otros?. Suspenso.

Alcanzo a Pepe. Los siguientes 4 o 5 kms vamos juntos otra vez.

En 2:15 pasamos por Torre Jorquera, casi mitad de camino, donde empieza la ruta de los andarines, y donde el terreno se empina.

Tras una bajada rápida, la primera rampa es corta, pero dura y dificil. Toca andar. A lo lejor diviso a Esther que mantiene su marcheta. Lo dicho.....bárbaraaaaa¡¡¡¡.

El terreno era irregular. Mucha piedra grande, mucha piedra de punta que hacía peligrosa la carrera, máxime cuando no vas con la confianza de estar al cien por cien.

Y llegamos a la famosa Sierra de las Cabras. Bueno, famosa para quien la conozca.




Subida vertical. Se me hizo muy, pero que muy dura. A mitad del camino, tenía que pararme. Pies de acero. Articulaciones de plomo. Runfo como una cafetera vieja. Pero me mantengo.

Pepe se va quedando. Lo suyo no es subir. En llano, no puedo con él, pero cuesta arriba, pues, le cuesta....arriba.

Corono muy cansado. Miro el reloj. Esto va a ser eterno. ¿Para que me tengo que meter en estos jaleos?.

De verdad, "esta el la última".....¿cuantas veces me he dicho a mi mismo esto en estas situaciones, para luego volver a caer en el pecado?. Creo que lo llaman masoquismo. Yo prefiero calificarlo como mi droga dura, mi carga de adrenalina, mi subidón. Cada reto que me propongo, es como un galón en mi autoestima. Si, no es nada, nada que no se consiga con entrenamiento. Sé que hay cosas mucho mas difíciles e importantes en la vida, pero, ese momento de duda, de cabreo, de lucha y superación no tiene igual. Imprime carácter. Te hace ver muchas cosas de distinta manera. Por que estás solo, sin que nadie te obligue, sometiendote a un esfuerzo extenuante, y cuando lo superas.....¡¡¡hay que vivirlo en primera persona¡¡¡.

Así que decíamos, empieza la bajada. Pepe, definitivamente se queda. Creo que empezó demasiado alegre, pero cada cual va a su carrera. Se quedó sin agua. Lo pasó mal. Al final, llegó, casi en 7 horas, sufriendo de forma indecible, pero llegó.

La siguiente bajada tiene, lo que se viene a decir, mala leche. Pero ya voy cogiendo gente de los andarines y del resto de pruebas.

La palmada en la espalda. La palabra de ánimo. Gracias a todos. No tiene precio.

Collado del Canalón. Collado del Puerto. Y de nuevo, otra subida dura, corta, pero dura, al Collado de Juego de Bolos. Y, aunque cansado, me va haciendo efecto mi medicina. Tranquilidad, paciencia. algo de membrillo, mucha agua, y testiculina. Voy a acabar.

Bajado el Monte Catalán, nueva subida, Alto del Pinar.....¡¡¡¡Jiuston, Jiuston, tengo un problema¡¡¡.



El cuadriceps me pegan un trallazo en la pierna izquierda. El de la pierna derecha, se suma por solidaridad, creo. No puedo moverme. Me paro. Estiro las piernas, y ahora, son los isquios quienes se suman a la fiesta.

Ya está. Aquí me quedo. Se acabó.....¡¡¡no¡¡¡....dos seguidas no voy a parar. Tiro de talón, de tacón, de esa testiculina, y se me pasa el tirón, aunque no el dolor. Aprovechando el avituallamiento, me meto dos vasos de coca-cola, recordando la experiencia de Zampamillas en la USN71 y como un plátano, que no hace milagros, pero me recupera.

Chirr....chirr...chirr....chirrían mis piernas, lentamente, empiezan a reaccionar. Puedo moverme. Vale. Intento correr. No, cuesta arriba es imposible. Hagámoslo andando.

Mando el primer mensaje a mis pomelos. Estoy en el 36.

He pasado lo peor, pero me quedan 6 duros kilómetros, sin cuadriceps, sin casi isquios, me queda gemelos y mucha voluntad.

Chirr...chirr...chirr....adelanteeee, hasta el infinito y mas allaaaa...Buslailliar.

Cojo mi propia marcheta, corro, increíble, pero sufro menos corriendo que andando.

Empiezo a ver la cara amarga de las carreras.

Corredores tirados en los caminos. con tirones, desfondados, agotados, finiquitados. Yo podía ser otro más, pero me niego a parar.

Chirr...chirr...chirrr....llego a la cuesta de las banderas.

La tercera, la de mi adorada Cantabria....que por mor de causas políticas, es una bandera marinera, en mi corazón, siempre republicaneará el lábaro




Empezando la cuesta, con dolores por todas partes, veo a una zagala, veintipocos, con la bicicleta a cuestas, no puede. Y, no sé de donde sale el ánimo, que me veo llevándosela hasta arriba. Tiene la pierna llena de heridas. Cuenta que se cayó y le duele todo. Suerte. En bici. Pues llegará antes que yo.

En la bajada alcanzo a Adrián, Evaristo y Bartolo. Adrián dice que tiene un tirón. Le doy una pastilla de ibuprofeno y reflex, para ver si puede seguir. Acabó, como el campéón que es.

Ya veo a lo lejos la meta. Otra prueba superada. 

Chirrr...chirrr...chirrr...no te confíes. Miro el reloj, casi seis horas.

Llego a meta. Además de los amigos...María Antonia, Adrián hijo y Jorge, la familia de Adrián....solo veo a mi pequeña Julia. Mis otras dos pomelos, pues se habían ido a ver no-se-qué.

Meta. Centuriones a un lado. Venga, ¡apartad¡....Roma Victrix y esas cosas para mas tarde.

Una lozana morena me pone la medalla. Final.

Otra prueba superada. Otro reto cumplido. Otra experiencia mas.....mas...necesito mas.

Ahora toca hacer las cosas bien.

Descanso de 10 días. Si o si.

En noviembre, si me veo bien, haré la última del año, Yeti Trail en Sierra Espuña y esperando tener por fiel aliado al gran Fausto, ahora de bajón, pero que fenixeará seguro.

Roma Victrix¡¡¡¡