viernes, 6 de junio de 2014

Maratón de Madrid 22 de Abril 2012

De Madrid a la Meta.

      6:15 de la mañana, suena el despertador. ¿Donde estoy?. ¡Ah¡, ya recuerdo. Madrid, 22 de Abril. Hoy es el gran día.

      Sigiloso para no despertarla, me pongo el "uniforme", pero mi torpeza habitual me hace parecer un elefante en una cacharrería....no, Juan Carlos, no, ¡¡baja el rifle!!.

      Es la hora del desayuno. Decenas de caras, todos con la camiseta para luchar y vencer. Rostros tensos. Si, lo hacemos por diversión, pero nadie quiere fallar. Todos queremos llegar, y en cada bocado nos vas la gasolina para la carrera.Veo al keniata, ¡¡comiendo huevos revueltos¡¡¡, ¿como puede hacerlo?....ganó, tomo nota.



      Zumo, tostadas, té....bueno, un poco de chocolate no viene mal, un brownie...venga, dos.

      Subo de vuelta a la habitación. Es el momento del recuento. Camiseta para las grandes ocasiones. Bambos, cremas, mp3 cargado, gafas de sol, gel de frutas, creo que lo llevo todo. No, vuelve atrás, no te vayas sin el móvil, por si ella te tiene que ir a buscar a mitad de carrera.

      Me subo al autobús que me lleva a la salida. Ahora no hay vuelta atrás, pero nunca la hubo, nunca hubo dudas, es lo que estaba deseando hacer desde hace meses. Gracias Enrique por meterme el gusanillo de las carreras.

      Plaza de Colón...como diría el abuelo...¡¡¡que mano gente¡¡¡...directo al mástil con la bandera española (¿no era tricolor?), allí veré a los compañeros de batalla, Ricardo y Marcos. La edad es importante. Les veo nerviosos. Yo no..¿debería estarlo?. ¡Debería estarlo¡.




      Preparación final, vamos, ultima visita al aseo, y van...

      Trotecillo para calentar, pero, ya habrá tiempo de empezar. ¿Donde estás Marcos?. Hemos perdido a uno.

      Entramos en nuestro carril, Jose Antonio mas tranquilo que unas pascuas. "Me conformo con hacerla en 4 horas". Ahí está un tío que no se altera.

      Suena el disparo de salida. Tras meses de palizas, ahí estamos. Me quedan más de tres horas corriendo.

      Ricardo me lleva, está fuerte, muy fuerte, me marca el camino, vamos, que si bajáramos un poco el ritmo, bueno, no, mejor así, hasta que pueda.

      El que diseñó el perfil debe haberse inspirado en una etapa del Tour por que esto es un sube y baja sin fin. No son duras las cuestas, pero tanto subir y bajar. Mira tu, uno con tres camisetas....¡¡¡anda, se ha quitado la técnica, y la ha tirado al suelo¡¡¡¡....pa´matarlo.

      Pasando por el kilómetro 12 los oigo, ella, y mis dos amigos, ¡¡Nacho, Nacho!!...voy bien, feliz les sonrío y levanto la mano. Que lujo correr por el centro de Madrid. "Vamos genial", dice Ricardo...si, lo vamos, tú al menos, a mi me sobran 15 segundos por kilómetro, pero aguanto.

      Tras varios sube y baja, salimos a la Gran Vía, Callao, Preciados, Sol, C/Mayor y Palacio Real. Dos kilómetros para recordar. Los pelos de punta. Ambientazo tremendo, notas el calor del apoyo de la gente, te sientes una estrella, parece que corres solo, que vas a ganar, todo el mundo te apoya. Y ya estamos en el 20.

      Bajamos. "Al final de esta calle te voy a enseñar el sitio donde mejor se come en Madrid", me cuenta Ricardo. Vamos, que si tengo que comer algo ahora, lo vomito.



      Al fondo la entrada en la Casa de Campo, kilómetro 25. Otra vez ella está ahí. No lo sabe, pero verla, y ver a mis amigos, me ha dado las fuerzas para continuar por que he entrado en la crisis sicológica de "no se si podré".

      Puedo y podré.

      Km 28, Ricardo sigue fresco como una lechuga. De algo me deben servir las dos neuronas del cerebro. Ya lo dijo la cantante, "yo te dejé marchar". Me amoldo a un ritmo más cómodo, queda mucho por delante. Aun sufriendo, disfruto de correr por zona arbolada.

      Salimos de la Casa de Campo, y veo a lo lejos la marca del 32. Recuerdo por el perfil que a partir de aquí empieza la subida hasta meta. Ya lo sé, no es el Tourmalet, pero entre el calor que llevo, los kilómetros en las piernas, ahora me faltaba esto.

      Y por tercera vez, allí estaba ella. Omnipresente en todo el reto. Antes, durante y después.

      Antes, apoyando mi reto de correr la maratón, pero con los dos dedos de frente que a mí me faltan, ¡¡come, descansa, no hagas locuras¡¡.

      Empieza la cuesta del 33, ¡¡uf, uf¡¡, que duro, ¿me paro un poco?. No, hasta el final, puedo conseguirlo.

      El recuerdo de su ánimo me lleva en volandas. Luego me lo dijo, ¡¡¡que mala cara tenías en el 32¡¡¡. Cierto, lo pasé muy mal. Pero saber que confiaba en mi, que ella y mis amigos confiaban en mí, me dió la dósis extra de fuerzas que ya no me quedaban.

      34,36, 38...y noto el dolor en la rodilla izquierda, y ¡¡¡como duele¡¡¡. ¿Paro?. Si lo hago, seguro que no podré volver a echar a correr. Si no lo hago, a lo peor, reviento. No paro, lo tengo ahí.

      Durante, ella sabía que lo iba a conseguir.

      40, subida desde Atocha, con una de esas curvicas que matan.

      41, ¡¡que acabe ya, que acabe ya¡¡. Veo el Retiro, no que queda nada.



      Subo por el carril, rodeado de gente. Lo tienes ahí, ya llegas...si, se lo dicen a todos, pero, yo me lo tomo como personal. Me animan a llegar.

      Entro en el Retiro. Al fondo, la meta....¡¡hay que ver que lejos se ve la meta en el último kilómetro¡¡¡. Hago lo que siempre he soñado, sonrío, sonrío, disfruto del momento. Entro en meta, si, lo he conseguido. La vidad es un "valle de lágrimas", pero hay momentos de felicidad que no se olvidan. Llegué a la meta.

      No la he visto, quería haberlo compartido con ella, y con ellos, pero no les dió tiempo. Recojo mi medalla.

      Encuentro a Ricardo, nos fundimos en un abrazo. Noto su emoción. Esta fue mi segunda medalla, el placer de haberlo disfrutado con un amigo. Llega Marcos, lo hemos conseguido los tres. Mas tarde lo hizo Jose Antonio, pero, de él, no había dudas.

      Pasan los días, y recuerdo cada paso, cada kilómetro, cuanta felicidad.

      Después, "Nacho" - me dice ella - "¡¡estoy muy orgulloso de tí¡¡". Gracias, te quiero.

      Sin vosotros, Inmaculada, Irene y Carmelo, no lo habría conseguido, no habría sido lo mismo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario