31/12/22
El almendro vuelve a casa por Navidad, una vez más.
Como en las últimas ediciones de este clásico de rutas por Cantabria, lo escribo casi en tiempo real, sin correcciones más allá de faltas ortográficas.
Otro año sólo. Las oposiciones al EIR son lo más importante. Yo no puedo faltar, pero no quiero arrastrar a mi hija en este momento.
Seis de la mañana. Harto de dar vueltas en la cama desde las dos, me levanté, ducha rápida, besos de despedida y a las 7:10 ya en el coche. 845 kms por delante 😞.
Pero este viaje fue sorprendentemente llevadero. Encendí la radio y me acompañó casi todo el día. Primero, la aventura de Antonio de la Rosa por la Antártida. Después, las cuatro horas y media de No es un día cualquiera, de Pepa Fernández.
Y desde allí, 400 kms del tirón. Buen día para conducir. Poca circulación. Rápida circunvalación a Madrid. Entrevistas y risas con Pepa Fernández. Burgos y al coger en dirección León, segunda parada el Olmillos de Sasamón.
La tortilla de patatas protocolaria. 30 años pasando por aquí y nunca le hemos dado un vuelta al pueblo. Pues hoy era el día.
Pues tiene su visita.
De vuelta al coche, último tramo antes de ...
Besos y abrazos. De vuelta en casa. Soy muy feliz en Murcia pero Santander siempre será mi casa.
Salí a airearme un rato, a estirar un poco las piernas, tras la sentada.
Me acerqué a ver la San Silvestre pero le faltaban dos horas.
Comencé a pasear por mi lugar favorito, el Sardinero.
Y andando, andando...
Se me iba haciendo de noche pero no quise dejar de andar
Y para rematar, la ciudad con la iluminación navideña.
De vuelta a casa. A pasar el fin de año con mis padres y mis hermanas, la razón del viaje, la familia. Poco después de las uvas, a dormir, agotado por el día.
01/01/23
Todavía de noche, en pie, desayuno rápido y de ruta.
A 45 kms, Ramales, para subir a la Ventana Relux.
Junto al río Asón aparqué el coche. Primer intento en la ruta por Gibaja, Riancho y Pondra, paralelo al río Carranza. La subida estaba impracticable, tuve que volver por donde vine y buscar otra ruta.
Al coche, atravesé Ramales, plagado de borrachones zigzagueantes por las calles. Subida hacia los picos, parada en la cueva de Covalanas, con los Picos Busta y Sam Vicente a mis pies.
Subida a las antenas para la senda al Pico Reluso y Pico Manzo. Día muy ventoso, senda pedregosa, peligrosa, pero balizada con señales pintadas de azul sobre las piedras.
Trabajosamente llegué a la Ventana Relux, auténtica ventana con vistas al Valle de Trasmiera, con Santander y el Cantábrico al fondo. Allí tiré una foto, literal, la tiré, cuando la vi a la vuelta, no se veía nada. Ahí va una de internet.
De regreso al coche, Spotify me regala un momento de locura. Obus me devolvió a 35 años atrás.
Tras la comida de Año Nuevo, tarde familiar viendo la que mi padre rebautizó como Suspiros y Lágrimas 🥳
02/02/23
6:15 ya despierto. 7:00 en el coche. Aquí amanece más tarde y se nota.
Camino del valle de Cabuérniga, en concreto a Ucieda. Crucé el pueblo, noche cerrada. Cuando aparqué, amanecía. La noche anterior había llovido y estaba todo mojado, húmedo y brillante.
Como siempre, empecé la ruta casi a ciegas, con los datos de internet. Como no había cobertura me tuve que fiar de la intuición.
Tras algo menos de 1 km, cruzando varios puentes, a mano derecha subía una pista, al principio asfaltalda, después pedregosa. El sendero está perfectamente señalado con carteles indicadores. Imposible perderse.
Pista ancha, con el silencio atronador solo roto por el discurrir de ríos y regatos.
Tras 3'5 kms, muy indicado, empieza la Senda de los Puentes. Senda preciosa de 9 kms, estrecha, alfombrada de hojas, jalonada de robles y hayas.
Durante el recorrido, múltiples postes indicadores de la ruta de los 10.000 del Soplao.
Durante el serpenteante y ondulante recorrido de la Senda de los Puentes se alternaban tramos desprovistos de vegetación, espacios recubiertos de musgo, robledos y hayedos, y puentes de madera para cruzar los cursos de agua.
Pasado el Roble Tumbao, un cruce a la izquierda vuelve al punto de salida. Al frente, camino mas largo hasta el Haya de la Llana de Olar. Si hay que ir, se va. Cogí el camino mas largo, claro.
Con 13 kms de ruta, de vuelta a una pista forestal que me llevó hasta el coche, paralelo al río Bayones, con varios puentes y algunas casas, que en un lugar idílico, pero tan lejos de cualquier parte que casi mejor, no.
De vuelta a Santander, el ritual de cada visita.
Por la tarde, paseo magical king. Agotador.
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