martes, 3 de septiembre de 2019

Cantabria (III), agosto 2019 💢



¡¡¡ Vuelveeeee, a casa vuelveeee…..en agostoooo ¡¡¡. De vuelta a casa, un verano más a visitar a la familia y recorrer mi querida tierra cántabra. Y por segunda vez, acompañado únicamente por mi hija Julia, ¿¿que mejor compañía???. Con 12 años, su niñez se me escapa entre las manos. Ya tuve que dejar ir a mi otra hija, Marta, con casi 19, con ganas de volar sola, como deber ser. Arranqué el coche el lunes 19 con la intención de malcriarla todo lo que me dejara y hacer lo que ella quisiera. Son mis niñas y pese a que hay días en que me vuelven loco, no quiero dejar de pasar ninguna ocasión de disfrutar a su lado.



Van pasando los años, 26 ya desde que dejé Santander para venirme a vivir a Murcia, y lejos de olvidar mi tierra, cada vez la añoro más. Debe ser que como me van cayendo los años, cada vez estoy mas nostálgico. En Murcia vivo y soy feliz, pero nada como Cantabria. Nunca dejará de ser mi patria y cada nueva vuelta a casa, mas orgulloso estoy de haber nacido cántabro. Sé que es una casualidad. Nací cántabro como lo podía haber hecho albaceteño, chino o sordo. Es una gran memez el ultranacionalismo actual. Pero de todos los lugares en los que podría haber nacido, ninguno mejor que la patria cántabra.

En esta ocasión, no os aburriré con filosofía barata, al lío, os enseñaré nuevos recodos cántabros.


Martes, 20-08


Bostronizo y la iglesia mozárabe de San Román de Moroso.

¿Como llegar? 45 kms desde Santander. Cogiendo la autovía Santander-Torrelavega-Palencia, salida de Arenas de Iguña, atravesamos el pueblo y subimos a Bostronizo, 5 kms de carretera comarcal. Atravesamos este pueblo. Una señal indica el comienzo del camino.



Escondida entre los bosques del Valle de Iguña, casi cuatro kms paseando por pistas forestales desde el pueblo de Bostronizo, nos recibe en una arboleda enclavada en una hondonada la ermita mozárabe de San Román de Moroso.



Parece ser que sus orígenes datan de nada menos que del siglo X, aunque no es hasta el siglo XII cuando se tiene algún testimonio escrito, en concreto en 1.119, cuando la reina Urraca cede su propiedad al monasterio de Santo Domingo de Silos. Más de mil años de ver pasar el tiempo a su alrededor, ahí es nada. 



Son 8 kms de ida y vuelta. Se puede hacer una ruta circular pero es mucho más larga. Importante, llevar una mochila con agua y algo de comer. Es impagable un almuerzo o merienda en el banco frente a la ermita. Si se escucha el silencio, se oyen 1.000 años de historias de la Historia.


Arenas de Iguña, Iglesia de San Jorge, Las Fraguas y Palacio de los Hornillos


¿Como llegar? Volviendo desde Bostronizo, camino de Arenas de Iguña, a la derecha según se baja, nos lo tropezamos.

En Las Fraguas, superando Arenas de Iguña, está la finca mas grande de Cantabria. Cuenta con La Casona, del siglo XVIII. Con posterioridad, a comienzos del siglo XX, el duque de Santo Mauro construyó el Palacio de los Hornillos. Vivienda ducal, se utiliza para celebraciones y eventos. Es famosa por ser el lugar donde se rodó, entre otras, la película de Amenábar, "Los Otros".

Desde la verja se ve el gran palacio, del mismo estilo que el Palacio de la Magdalena de Santander, con un gran estanque alrededor del cual sesteaban una docena de tranquilas vacas.


A su izquierda, la sorprendente iglesia de San Jorge, construida por los duques como iglesia particular en 1.890 que posteriormente fue donada a la población de Las Fraguas. Y digo sorprendente porque, conocido como El Partenón, es una iglesia con plante de templo griego en mitad de los valles cántabros. Me imagino que su origen es esa afición de las clases altas por llamar la atención a través del dispendio de sus fortunas sospechosamente acumuladas tras siglos y siglos de atesoramiento de lo propio y de lo ajeno.


Miércoles, 21-08


Cabezón de la Sal y su bosque de secuoyas

¿Como llegar? 40 kms. Cogiendo la autovía Santander-Torrelavega-Oviedo, tomando la salida de Cabezón de la Sal. En la primera rotonda hay una desviación hacia Comillas. A poco más de dos kms desde la rotonda, a mano izquierda según se sube, no tiene pérdida. Está indicado y la cantidad de coches aparcados así como un carril coloreado para los viandantes, te lleva a la puerta.




Aun recuerdo 40 años atrás recorriendo una y otra vez esa carretera en el 850 amarillo de mis padres. Entonces era una carretera estrecha, boscosa, con mucho árbol invadiendo el camino. Nada nos hacía pensar que sería un punto de obligada parada para turistas décadas después.


Las secuoyas no son originarias de Europa, sino de América. En 1.940, a comienzos de la dictadura franquista en plena guerra mundial, olvidados por unos y otros, España dependía de si misma. Necesitando madera para construcción y la industria, se les ocurrió la idea de plantar secuoyas, eucaliptos y pinos que crecen relativamente rápido. Las secuoyas, en concreto, entorno a 1,80 metros al año. Para cuando las secuoyas alcanzaron una altura adecuada, ni hacía falta tanta madera, ni había franquismo. Pero allí quedó el bosque de secuoyas, 848, en el Monte de las Navas. Tuvieron que pasar varias décadas hasta que alguien supo valorar el tesoro natural que allí reposa. Se limpió el monte de arbustos. Se colocaron un par de pasarelas y escaleras de madera, y el mayor bosque de secuoyas europeo al alcance de cualquiera, y gratis.


Monte Corona y la Ermita de San Esteban


¿Como llegar? 10 kms desde el bosque de las secuoyas. Tras salir del bosque de secuoyas, hay que seguir la carretera en dirección a Comillas. Arriba de la cuesta está el pueblo de La Hayuela. A mano izquierda se abre una comarcal, en bastante mal estado por cierto (Revilla menos tv y mas trabajar). Despacio, sin dejar el camino, hasta la ermita.


Otra vez, vuelta atrás 40 años, en el 850 o en el posterior y modernísimo 124 con parrilla frontal. ¿Cuántas veces nos bañamos en la playa de Comillas y acabamos yendo a comer bocadillos de tortilla de patata a la ermita?. Quizás hayan pasado 35 años desde la última vez que estuve allí, pero aún recuerdo a mi padre metiendo el 850 en una pista forestal del cual no podíamos sacarlo. Vimos sentados a unos hombres musculosos, comiendo en una de la muchas mesas de piedra del merendero. Allí que fue mi padre. "No, papá, a esos no", le íbamos diciendo. Ni caso, se lo dijimos varias veces, pero insistió a pedirles ayuda. "Perdonad", dijo mi padre, "¿nos podeis ayudar a sacar el coche, vosotros que se os ve jóvenes y fuertes?". Sin enfadarse, al darse cuenta de la buena fe de mi padre, les respondieron, "ya quisiéramos", mientras giraban sus ¡¡sillas de ruedas¡¡. No le miré la cara a mi padre, pero seguro que si hubiera sido un avestruz, habría escondido la cabeza para pasar el mal trago.

Poco ha cambiado el Monte Corona y la ermita de San Esteban. El asfalto y el aparcamiento está calamitoso, Revilla. Pero la zona cercana a la ermita está bien acondicionada y limpia. La vista de siempre hacia la costa, desde San Vicente de la Barquera hasta Cóbreces, permanece indeleble. Recorrimos la zona. Y sí, me escuché gritando, corriendo con el balón cuesta abajo (¡cuantas veces nos dijeron nuestros padres que ahí no se debía jugar a la pelota¡). Que buenos momentos. Que pena como se pasa la vida de rápido y no sabemos que pasa mientras no hacemos más que quejarnos por todo. Todavía, (o ya), tengo 51, pero ya echo de menos todos esos muchos momentos dedicados a ser infeliz por vaya-usted-a-saber-qué....y esos momentos no vuelven.



Hay otra ermita cercana, la de San Antonio, pero tiene mala ruta desde allí. 



Comillas

¿Como llegar?. 15 kms desde la ermita de San Esteban. Retrocediendo el camino recorrido hasta La Hayuela, cogiendo la carretera de bajada. 

Siempre vuelvo. En los últimos años me propuse revisitar cada rincón de Cantabria. Tras muchos años criando, en los que las visitas se circunscribían a Santander y la familia, la nostalgia me obliga a volver a todos aquellos sitio de mi niñez e incluso a aquellos que nunca visité. Ya se sabe, no se sabe lo que se tiene hasta que se pierde. 

Comillas es de esos sitios que siempre quiero volver a visitar aunque en verano esté sobresaturado de turistas. Que no hay sitio donde aparcar, pero es lo que hay. Para aquellos que solo pueden veranear, Cantabria tiene otro encanto distinto en otoño e invierno. Seguro que el clima es desapacible pero recorrer sus valles y pueblos fuera de temporada estival te aporta el sabor de lo auténtico.


Aún así, Comillas, con su playa (me sigue pareciendo increíble que haya que pagar para aparcar allí, Revilla), su cementerio con su ángel vengador, los jardines frente a la casa de Mary Poppins, el centro del pueblo en derredor de la iglesia, el capricho de Gaudí, el palacio de los marqueses o la universidad pontificia, es siempre un destino obligado. Nos paseamos por sus calles comiéndonos un sabroso helado.


Ermita de los Remedios

¿Como llegar? 5 kms desde Comillas. Saliendo del pueblo en dirección a Ruiloba, camino de Liandres. A pocos kms, a mano izquierda, una breve subida lleva a la ermita con unas espectaculares vistas al mar. 


La ermita, muy pequeña, es del siglo XIX. Aquel alevín que era hace 40 años veía siempre el fantasmico colgado de la cruz. Me ha costado 4 décadas saber que no es mas que una tela esculpida para cubrir la cruz. Hay un cercano mirador con vistas al mar. Al pie de la ermita, un merendero con mesas exteriores que tendremos que disfrutar en otra ocasión.


Jueves, 22-08



Fuente del Francés

¿Como llegar? 20 kms desde Santander. Cogiendo la autovía Santander-Bilbao. Salida Hoznayo, tras pasar Solares. En la rotonda, hay una señal que pone Aguas de Hoznayo. Bajando un camino, a pocos cientos de metros. Aunque parece que te has equivocado, pues no, es ahí, al comienzo del arbolado.


Parece ser que tras la revolución francesa, un cura franchute huyendo de las hordas revolucionarias, acabó por estos lares. El buen fraile tenía problemas de vista. Acostumbraba a lavarse con agua del manantial cercano, mejorando ostensiblemente. A lo largo del siglo XIX las aguas del manantial fueron usadas por las gentes del lugar por sus cualidades curativas. Algún avispado vio las posibilidades del lugar y allí construyeron un balneario, un molino y un pequeño hotel. 




En 1980 se cerró todo y desde entonces está abandonado. La naturaleza lo ha ido invadiendo. Y aunque de aquello no tiene la culpa, Revilla, ¿darás lugar a que se convierta en otro desastre?. 

El entorno es precioso. Con un simple trabajo de limpiar de arbustos, ramas y escombros, la zona mejorará ostensiblemente. Por el balneario poco va a poder hacerse, lo mejor sería derruirlo o asegurar lo que queda, limpiando las sendas. La Gruta del Diablo está pidiendo a gritos visitantes. Aunque, a lo peor, si lo acondicionan demasiado, las nuevas hordas revolucionarias, los turistas, destrozan este rincón.



Solares y la finca del Marqués de Valdecilla



¿Como llegar? Volviendo hacia Santander, a 5 kms de la Fuente del Francés


Ibamos buscando la Mina Pepita, con figuras de la mitología de Cantabria y nos encontró la finca del Marqués de Valdecilla, en la parte mas alta del pueblo.




El Marqués de Valdecilla, Ramón Pelayo, fue un indiano nacido en 1850. Indiano es como se llamaban a los cántabros que se marchaban a hacer las américas. Mi abuelo Faustino lo fue. Viajó entre los años 10 y 20 del siglo XX a México. Sigo esperando que venga un tío mexicano millonario que nos quiera conocer y mantener. 

Ramón Pelayo parece que hizo mucho, pero que mucho dinero, con el azúcar. Ya muy mayor, con 70 años, volvió a casa y entre otras cosas, donó dinero para levantar el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en Santander, uno de los mas importantes hospitales del norte del estado español.


En la finca de Solares hay unos muy cuidados y floridos jardines así como varias construcciones, entre ellas, la Casa Blanca, museo dedicado al marqués; La Casuca, donde vivieron sus herederos; San Rafael, la casa de invitados; La Solana, la casa de los guardeses, que para mi quisiera; La Cabaña, donde estaban las cuadras; y El Garaje, donde tenían las cocheras. Y unos jardines de preciosas flores de colores. No yendo en su búsqueda, nos encantó el paseo por la finca.


Lierganes

¿Como llegar? 15 kms desde Solares a través de La Cavada. 40 desde Santander cogiendo primero la autovía Santander-Bilbao y después la que va hacia Torrelavega.


Uno de los mas bonitos pueblos de Cantabria y quizás menos conocidos en el exterior. Puerta de entrada hacia los valles de Soba y Asón, en pleno valle del Miera, sus casonas relucen montañesas a la sombra de los montes Marimón y Cotillamón, popularmente conocidos como las Tetas de Lierganes.




Atravesado por el río Miera, que bajaba con poca agua, su cauce cuenta con varios puentes, el mas famoso el Puente Romano, aunque su origen es 1587. 


A sus pies, la estatua del hombre-pez. Cuenta la historia-mito-leyenda, representa a Francisco de la Vega Casar, nacido en 1658, que desde muy pequeño se pasaba las horas muertas en el agua. Aprendiz de carpintero, hurtaba cada momento que podía para zambullirse. Una noche de San Juan se lanzó al mar y su cuerpo no apareció. Olvidado por los vecinos, dicen que 5 años después apareció en la bahía de Cádiz, con escamas en el cuerpo y membranas entre los dedos. Devuelto a Liérganes, no pudiendo soportar la vida en tierra, se lanzó al río Miera y nunca más se volvió a saber de él, pasando a la mitología como el hombre-pez.




Además del paseo por el río Miera y su molino de agua, las calles empedradas están jalonadas de casonas de piedra. En la salida del pueblo, el balneario, donde dicen que una vez estuvo de pasada Alfonso XIII. Conociendo las costumbres borbonas, a alguna iría a rondar.

En dirección hacia Soba, justo a la salida, en un pequeño altozano está la iglesia de San Pantaleón, del siglo XIII, con trazas de iglesia románica. La vista sobre Liérganes es completa.


Viernes, 23-08


Ajo, Cabo Quintres y la Ojerada


¿Como llegar? 30 kms desde Santander. Autovía Santander-Bilbao, cogiendo la salida de Ribamontán al Mar, en la rotonda, la desviación hacia Ajo

Ajo, una de las Siete Villas marineras, capital del municipio de Bareyo, con una larga historia, ya se la menciona en el 923. El pueblo, con la iglesia de San Martín de Tours, del siglo XVII ha crecido de forma exagerada por el turismo invasor vasco. Lo más bonito, sus acantilados.


El pueblo está tierra adentro. A dos kms, las playas y el faro. En un rotonda pequeña se separan los caminos. Izquierda, abajo, playas. Derecha, arriba, faro. Aparcando en su puerta, hay que pagar 1 euro para entrar en el parque del faro, siempre y cuando tengas más de 14 años. Así que mi hija no pagó, yo casi.

Faro pequeño, pero con preciosas vistas al Cantábrico. Quisieron construirlo igual que el faro de Cabo Mayor, en Santander, pero finalmente quedó como su hermano pequeño, inaugurado en 1930. A la derecha un mirador hacia Galizano y Langre. A la izquierda, pequeño sendero hacia Cabo Quintres.

A la salida, cogimos el coche, para por una comarcal muy estrecha llegar hasta La Ojerada, zona rocosa que las cosas del clima, las tempestades y la erosión, han excavado dos cavidades casi juntas que parecen unos prismáticos para ver bien el mar. A su espalda, la playa del Arenal. Desde allí fuimos a Güemes, a casa de mi hermano, pero esa es otra historial.



Sábado, 24-08



Santander


Todas esta rutas fueron de tarde. Por una vez tuvimos suerte y nos hizo sol de verano. Pudimos ir a la playa. Como la más cercana a la casa de los abuelos es la Segunda del Sardinero, allí que fuimos, salvo la mañana del sábado, que nos acercamos a mi recodo favorito. Hemos viajado un poco pero mucho menos de lo que me habría gustado. Hemos conocido lugares para recordar. Roma, París, Londres, Viena, Lisboa...pero en ningún sitio me encontraré más a gusto que sentado en mi recodo favorito de la Primera del Sardinero. Un día, espero que muy, pero que muy lejano, volveré por ultima vez para descansar allí cada día. Los días de sol y los de lluvia; los de galerna, y los de surada; los de frío invierno, y los playeros de verano. Eso también será otra historia.

Poco paseamos estos días por Santander. Subimos al Museo de Botín que parece correr peligro de convertirse en un carísimo mirador desde donde hacerse fotos, con la bahía de fondo. La feria del disco enfrente de Correos, la Catedral para acabar en Río de la Pila comiendo unas rabas en el bar Cantabria.



Por la tarde, la basílica de verdad. Partido del Racing. Tras 4 años más uno en el rincón más infecto de la caldera más repugnante, de vuelta al infierno de segunda. Esperemos que para no volver. 51 años, empieza mi año 41 como socio del Racing, los 26 últimos viviendo en Murcia. Verdiblanco es el color de mi corazón. Es algo más que un equipo, es un sentimiento. Sobró un minuto, en el 94 nos empataron los almerienses, 1-1.




Domingo, 24-08



Virgen del Mar y Liencres


¿Como llegar? Carretera de Liencres, a 10 kms de Santander.

La Virgen del Mar es la patrona de Santander desde 1.979. La talla de la Virgen parece ser que es del siglo XIII o XIV. Dicen que en 1.590 la robaron unos piratas pero no debió gustarle mucho que cayó o la tiraron por la borda. Flotando apareció en nuestras costas para la cual se construyó la ermita como casa.


La zona de la Virgen del Mar lo tiene todo. Prados, playa, ermita, mar y hasta el cementerio de Ciriego muy cerca. Hay una senda que desde el faro de Cabo Mayor en Santander hasta Liencres recorre toda la Costa Quebrada.

Empezando a chispear nos fuimos camino de Liencres y su playa y su zona arbolada de Valdearenas. Por el camino están las playas de La Arnía, Covachos, Somocuevas o San Juan de la Canal, pero no hubo tiempo para tanto.



Antes de volver a casa no podía falta nuestra visita al chiringuito del faro de Cabo Mayor a comer unas rabas. No sé si las mejores, pero entre las vistas, el ambiente y su calidad, no hay otras iguales.


Virgen del Mar y Liencres


¿Como llegar? 40 kms desde Santander. Autovía Santander-Bilbao, salida Noja e Isla. La primera salida, atravesando Beranga, solo seguir la carretera hasta la playa. 

Noja es otra de la Siete Villas marineras, en la costa oriental de Cantabria. Otro de esos pueblos invadidos por el turismo vasco, tiene una historia milenaria. Al menos desde 927 se tiene conocimiento de este pueblo. En la zona mas antigua hay varias ermitas centenarias pero por encima de velas e incienso, la playa del Ris con sus rocas es lo mas bonito.




En Noja tenía cita para una nueva carrera. Este año me había propuesto sacarme el Gran Slam Cántabro, consistente en correr en el mismo año una milla, 5 kms, 10 kms, media maratón, maratón y ultramaratón. Y a esta fecha solo me faltaba la Milla. Desde luego no es mi tipo de carrera, por que esta distancia es de correr mucho y a mi me gusta más el ritmo de ultra. Allí que fui con mi Julia. Vimos las carreras de los mas pequeños, tan tiernos, tan bonicos. Y cuando llegó mi momento, pues a no quemarme. Sin risas, pero al ritmo que corrían los primeros, mi único objetivo era que ni me doblasen y no llegar el último. 6:38 para la milla, no me doblaron y no llegué el último...pero casi.

Lunes, de vuelta a casa. A la auténtica, a la que compartimos los cuatro. Sin pena. Sé que volveré a mi tierra mas pronto que tarde. Y entonces revisitaré otros lugares cántabros a los que hace décadas que no voy. El Faro del Caballo y el Monte Buciero en Santoña. La ruta romana entre Bárcena de Pie de Concha y Pesquera. O el bosque mitológico en el Monte Hozarco, en Peñarrubia.

Hasta pronto










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