Ficha Técnica:
Hora de la Salida: 06:00 Lugar: Desde Puzol a Andilla
Distancia y desnivel : La prueba consiste en cubrir una distancia de 96 Km con 3.800 metros de desnivel positivo y 3.000 metros de desnivel negativo con salida desde el Polideportivo Municipal de Puçol a 20 metros de altitud y llegada a La Pobleta de Andilla a 780 metros de altitud, siguiendo las marcas blancas y rojas del GR10 con 19 horas de limite para acabar.
Número de Dorsal: 107
Primer Clasificado General: Dani Amat en unos galácticos 9:56:17
Primer Clasificado Veteranos: Toni Diaz en unos mas que meritorios 11:19:00
Mi tiempo: Unos pobrones 18:16:04
Total Inscritos: 328 Mi puesto en la General: 179
Finalizaron: 220 Abandonaron: 108 (33%)
Finalizaron: 220 Abandonaron: 108 (33%)
Total Inscritos Veteranos: 76 Mi puesto en los Veteranos: 31
Año nuevo, nuevo reto. Y esta vez, uno de los grandes, la GR-10, atravesando la Sierra Calderona, por la provincia de Valencia.
La Sierra Calderona recibe este nombre por una afamada actriz de teatro (María Inés Calderón) que durante los primeros años del siglo XVII fue amante de Felipe IV y que tras el acostumbrado despecho habsburgo-borbonil, fue obligada a ingresar en un monasterio. No conforme con ello, huyó del mismo, para refugiarse en un collado por estas tierras valencianas.
Los senderos GR (Gran Recorrido) son itinerarios balizados con señales blancas y rojas, siendo las líneas paralelas la indicativas del sendero y las cruzadas, las que determinan una dirección equivocada.
En concreto, esta GR-10 en toda su extension, va desde Valencia a Lisboa. Por hoy, me conformaré con hacer el tramo desde Puzol hasta La Pobleta de Andilla.
Como en toda gran competición, y ésta, sin tanto glamour ni seguimiento de público, lo es, tiene previa, carrera y post-carrera.
Previa:
La previa empezó el día de la inscripción hace ya varios meses, como siempre liados por Richy....que luego, con la excusa de una boda, una comunión o un bautizo, te deja con el recado y él, de banquete en banquete.....¡¡¡ya te pillaré¡¡.
Semanas y meses de entrenamiento. Tras la dura experiencia de una ultramaratón y dos maratones de montaña en menos de dos meses a finales de 2014, decidí variar algo el tipo de entreno.
Entre semana, mas asfalto, para no perder el ritmo de carrera.
El fin de semana, monte, para mantener el ritmo en subidas y bajadas.
Visto el resultado, creo que he acertado.... por esta vez... así que seguiré con este tipo de entreno... hasta la próxima calaverada.
Viernes tarde salió la expedición murciana para conquistar el GR-10.
El incombustible Pepe, Salva (a desquitarse de la espina que tiene clavada por no haber terminado la ultra de Sierra Nevada), Guillermo (el mas corredor de todos) y Ginés....sin el tambor, pero sí con la bufanda de la zona pimentonera.
En Elche recogimos a Fausto, vencedor de mil batallas.
Arribamos al pabellón de Puzol a recoger el dorsal y ya se nota la categoría de la prueba. En la puerta, antes de entrar a por la bolsa del corredor vemos este cartel....
....¡¡¡que profesionales¡¡¡...ya antes de recoger el dorsal, ¡¡tenemos que estirar músculos¡¡. Pues nada, dicho y hecho, Salva y yo nos hicimos varias series de estiramientos para que nos dejaran entrar.
Recogidos los dorsales, nos acercamos a la charla técnica. que, bueno, acababa en ese preciso momento, pero como había un aperitivo, no era cuestión de dejarlo allí.
Primera foto de grupo, y publicidad gratis para la firma patrocinadora, parecemos salidos del photo-call de Sálvame de Luxe.
Tras unas breves compras, directos a la cena en el pabellón desde donde partiría la carrera a la mañana siguiente. Por 8 eurazos, cenamos como unos reyes. Revueltos, salchichas, patatas, pasta, agua, cerveza, chispa de la vida... de todo. Muy surtido.
A las 11:00 ya todos en el saco, ¡a dormir¡. Y pese a que me cuesta dormir fuera de casa, en este caso, tras un rato de estar en vela, al menos dormí 5 horas.
A las 4:30 sonó la campana. Nos desperezamos poco a poco y llega el último mosquetero, Fernando Patas Largas, el gran triunfador de la última ultra.
Carrera:
6:00 hora de partida. Foto de familia. Estar estoy, a ver quien es el Wally que me encuentra.
En el arco de salida un frío de aúpa, menos de tres grados, seguro. Desayuné un plátano y una napolitana. Pensé que tras el cenorro, no me entraría nada, pero el hambre fue una constante todo el día. Tranquilo y confiado.
Mensaje a mi mujer y mis hijas, es la hora de empezar.
Etapa 1ª - Puzol - Segart
Etapa totalmente nocturna. Con los años, voy perdiendo de todo....peso, pelo, paciencia....pero últimamente, lo que mas he perdido es vista, y estas etapas nocturnas, pese a correr con las gafas me dejan un poso de intranquilidad al no controlar las distancias, lo cual, ¡como no¡, se traduce en caídas.
Hoy jueves, tras la carrera, visita y revisión al oftalmólogo y me dice que tengo que cambiar las lente, ya tengo 2,25 en cada ojo. Es que la edad no perdona.
Ni media hora llevábamos corriendo cuando en la primera subida, quizás la primera piedra, seguro el primer sendero, me caí, dejándome el dedo corazón de la mano derecha muy perjudicado, hoy, cinco días después, lo sigo teniendo amoratado, pero, por fortuna, entero.
Vamos a ritmo tranquilo. La noche obliga a los seres humanos a ir juntos, los primeros ya nos van sacando distancia.
Me cuesta acostumbrarme al peso que llevo encima. Dos camisetas de manga corta y una de manga larga; pantalón pirata y pantalón de compresión; pantorilleras; buff para cuello y buff para la cabeza; y, la mochila con el chubasquero, comida, agua, móvil....vamos, si me llaman para la guerra de Vietnam, me dan puesto seguro.
Subimos al tran-tran. Muchas voces, muchos acentos, y en cambio, entre nosotros, mucho silencio.
En un momento el grupo se parte en dos, quedando Pepe, Salva y servidor, por delante. Fausto, Ginés y Fernando por detrás. Con Guillermo no contamos, el va a su ritmo muy superior al nuestro.
Subimos sin problemas las Peñas de Guaita y el Pico del Aguila. Debe ser bonito, pero no se ve nada, tan solo las luces de Puzol abajo.
Se nos hace de día en la bajada de la Font del Campaner, poco antes de llegar al primer avituallamiento, Segart, donde poco mas que agua nos dan, todos reagrupados.
Sacamos nuestras reservas, me como un trozo de membrillo y bebo agua abundante.
Voy algo pesado de piernas. Me noto falto de ritmo. Empieza la montaña rusa que supone este tipo de carreras. Primeras dudas.
Km 12 en 2:28:50, mas lentos de lo esperado.
Etapa 2ª - Segart - Serra
Segart se ve un pueblo recoleto y coquetón, que lo abandonamos cuesta abajo por la carretera.
Sin tardar mucho cogemos la variante del canal del Garbí.....y, pedazo escalada. No es larga, pero dura, durísima. Mejor no mirar abajo.
Buena bajada, pero me empiezo a encontrar algo cansado. Fausto y Ginés se empiezan a cortar.
Antes de llegar al final de la etapa, segunda caída. Me vengo abajo. Dudas sobre los bambos escogidos. Son muy ligeros, quizás demasiados. Sin llegar al km 22 ya me he caído dos veces. ¡¡¡¡Cayendo por la montaña rusa¡¡¡.
Llegamos a Serra, segundo avituallamiento, ya con alimento sólido. El único en los primeros 48 kms.
Señores de la Organización, craso error. No voy a entrar en que aquí pagamos todos...que también....pero saben ustedes que la prueba requiere mucho esfuerzo y tanto la comida como la bebida es básica para poder acabarla.
Este avituallamiento era escueto. El siguiente, de solo agua, que a nuestro paso se había acabado....¡¡¡error¡¡¡. Tan humanos somos los últimos como los primeros. A tomar nota para la próxima.
Km 23 en 4:03:01,todavía mas lentos de lo esperado. Esto se va a hacer eterno. ¡¡¡Doble tirabuzón con caída en picado en la montaña rusa¡¡¡.
Etapa 3ª - Serra - Gátova
En Serra, reagrupamiento de nuevo. Como mucho, hago gasto. Macarrones a pelo, mandarinas, chocolate, la chispa de la vida, plátano, vamos, no dejo nada para después.
Salimos para afrontar la etapa mas larga, y que se hizo mas que dura. Ahí empezó mi pequeño gran calvario.
Cogemos una senda amplia, recién desbrozada y corro al lado de Fausto, que me va contando las diferencias del recorrido entre este año y el anterior. Gran tipo, Fausto. Te cuenta carreras y no para, y sin medias tintas. Si acaba, estupendo, pero si se tiene que retirar, sin excusas, se retira por que no está fino, sin buscar un mochuelo al que cargarle el fallo. En ésta, no acabó, pero seguro que otras vendrán que mas grande le harán...además, casado con una cántabra......mini-punto para Fausto.
Tras un trote de varios kilómetros, llegamos a una zona que se sale del recorrido de la GR. Nos informó la organización la semana previa que se iba a modificar parte de esta etapa debido a que el dueño de los terrenos no permitía el paso por su tierras.....¡¡¡pues él se lo pierde¡¡¡...en todo caso, demuestra una mezquindad supina, espero que le críen pelo las piedras.
La organización hizo un desvío bastante bien balizado, pero que se hizo muy largo y muy duro, con un invitado inesperado para la fecha, el calor. Según nos dijeron en Gátova, 25º. No sé si sería tanto, pero hacía mucho y con la carga de ropa que llevábamos encima, era insufrible.
A la altura de la subida del Tristany, creo que se llamaba así, como las cebollas, empecé a quitarme capas, iba empapado de sudor, sin casi agua, y pese a haber comido bien, desfallecido. ¡¡¡SOS, SOS, montaña rusa en barrena¡¡¡.
Mucho calor; la carrera se me estaba haciendo eterna, no veíamos caer los kilómetros; sin casi agua; sin comida....y esta etapa duró mas de cuatro horas. Entro en agonía.
Y como era de esperar, apareció el peor enemigo del ultra-maratoniano....la desidia, por mi mente ya pasaban no ya las dudas, sino la clara idea de no querer seguir, pero no por cuestión física, que dada la situación empezaba a ser dramática, sino por no tener ganas. Y ésa, es una batalla díficil de librar.
Vas arrastrando los pies kilómetro a kilómetro, y tu cabeza te dice que basta ya, que no le apetece seguir más. El calor desespera. Entro en coma correril.
En una pequeña bajada encontramos un coche de la organización que nos da un cuarto de litro por cabeza. Bebo traguitos para que me dure.
Nos alcanza Ginés y dice que Fausto va liquidado, y que él, no se encuentra bien, que no tiene mas ganas. ¡¡¡Arrea¡¡¡...otro como yo. Las dudas son contagiosas. El bueno de Ginés, se volvió a descolgar y llegando a Gátova se perdió. Decidió parar. Ya lo dijo él, no todos los días estás para correr.
En esto, seguimos el camino, pero me abruma el deseo de pararme, pero por otra parte, me empuja el prurito personal de no rendirme.
Pero es que pasan los minutos y no se ve el final de la etapa por ninguna parte. Sigo por seguir, por no dejar tirados a Pepe, Fernando y Salva. Por no acostumbrarme a abandonar a las primeras de cambio....que en este caso es ir por el km 42 tras 7:30....y quedaban 56 kms, y sin yo saberlo, casi otras 11 horas.
Veo Gátova al fondo. Aprieto un poco en la bajada para llegar cuanto antes. Y...¡sorpresa¡, en la entrada está....¡Fausto¡....¿por donde nos ha adelantado?. Nos dice que no era el día, que no se encontraba bien y que pasado el km 30 abandonó y la organización lo trajo hasta Gátova. Sin buscar excusas. Segundo mini-punto para Fausto.
Mensaje a mis tres niñas, la grande y las dos pequeñas....¡¡¡voy bien pero algo hartito de tanta piedra¡¡.
Km 48 en 8:30:06. Cuatro horas para la última etapa de 26 kms....eternidad. Casi a 4,5 km/h.
Comida en Gátova
Llego a la plaza finiquitado. Me saco las piedras de los bambos. Tambaleante, cojo macarrones con tomate y atún, emparedado, naranja, chocolate y plátano, regados por abundante chispa de la vida.
Me siento en silencio. Salva a mi lado, tampoco dice mucho. Pepe se sienta solo. Fernando llega algo mas tarde con cara de pocos amigos y muy tentado a abandonar.
Para colmo de males, nos dicen que el "escoba", esto es, el corredor que cierra la carrera, marca el fuera de control y que te obliga a abandonar si te alcanza, está a solo 20´.
Recuento. Calor, dolor, desidia, hambre, sed...y encima presión del cierre de control
Como mucho, pero mucho mucho.
Y, de repente, mirando a Salva le digo; "Hoy no es el día de abandonar. Esta carrera la vamos a acabar". Sin saber ni como ni porqué, inicio la remontada, ¡¡¡montaña rusa en subida vertical¡¡¡.
Fausto nos dice que la segunda parte es mas llevadera, con mas zonas corribles, y que lo peor será la noche. Mirando el perfil, algo no cuadra.
Nuevo mensaje a mi medio pomelo y mis pomelitas, sigo hasta la siguiente sí o sí, y allí, según me vea decido.
Nos levantamos. Cogemos algo de comida para llevar e iniciamos la siguiente etapa.
Etapa 4ª - Gátova - Montmayor
Salimos y la primera en la frente. Una subida dura, aunque corta, hasta la Fuente de la Fonfría. Sufriendo mucho, pero con él ánimo por las nubes. Vamos juntos Salva, Pepe, Fernando y yo. Fernando va mal, tuvo muchas dudas de seguir en Gátova, y cuando lleguemos al altiplano camino de Montmayor, se quedará solo.
Otros pensarían que iba a abandonar, pero yo tenía claro que lo conseguría. Fernando dice que en toda carrera larga hay un momento "zen", a partir del cual ya no sientes el dolor, ni la angustia, ni la desidia, que sigues como un autómata, pero que sigues, con el único objetivo de acabar. Y lo consiguió, con el escoba pisándole los talones, pero lo consiguió. Es un fenómeno....y no lo quieren en el Montblanc....Fernando, ellos se pierden a la élite como tú.
Si, se quedó solo. Es la ley no escrita de estas carreras. No dejas al compañero, es él el que se queda. Tan solo me pasó en la Almudayna, me quedé solo, aunque luego me recuperé. Sin acritud.
Y en el llano empezamos a correr, y corrimos, vamos que si corrimos. En las tres horas que nos quedaban de luz corrimos, y mucho. Dimos alcance, nano, a unos zagales valencianos, nano, que nos acompañaron toda la etapa, nano.
Jóvenes, pero ya con muchas aventuras pasadas, y según contaban, no solo en carreras.
Y me llega mi momento "zen", tras la comida, subidón al máximo, y trotamos durante al menos 8-10 kms junto con los valencianos. Voy a velocidad de crucero, en el punto mas alto de mi moral y de mi montaña rusa. Atrás quedan las dudas. Ahora solo es una cuestión de testiculitis. Noto el cansancio, ¡como no¡, pero no tengo dolores como en otras ocasiones. Tan solo la acumulación de kilómetros en las piernas.
Otra etapa larga, pero sin tanto sube y baja. Bastante llano, mucho pedreguerío del que acabé harto. Fue la etapa que más rápido se me pasó, haciendo un total de 17 kms.
Ya solo vamos Salva, Pepe y yo.
Salva, en muchos tramos tira del grupo. Se le ve con ganas y confiado. Tiene claro que va a acabar, no sabe como, pero lo va a hacer. Se le nota un tipo reflexivo, que no se deja llevar por el mal momento. Al menos eso es lo que transmite. Tranquilidad. Como si la cosa no fuera con él. Así que siempre es un compañero necesario para estas aventuras.
Con tranquilidad, arribamos en el km 65 al siguiente avituallamiento, que a partir de Gátova, todo hay que decirlo, mejoraron ostensiblemente con bebida y comida abundante.
El sol, felizmente se esconde. Adiós al calor...aunque con la fresca que empezaba a caer, no sé que es mejor.
Mensaje a casa. "Km 65". "Oleee, que avance", responde mi medio pomelo. "Eres nuestro campeón, pero si no puedes mas, párate. Nosotros te queremos igual". Medio Pomelo, yo si que te quiero igual o mas cada día.
Km 65 en 12:02:14. Descontado el tiempo de la comida, entorno a tres horas para los 17 kms, de largo, la mejor etapa de todas. A una media de 6,5 km/h. Si mi media total fue de 5 km/h, podeis suponer el cambiazo sufrido. Moral por las nubes.
Etapa 5ª - Montmayor-Sacañet
Llegamos al avituallamiento de Montmayor, y la luz se va. Es el momento de volverse a poner los aperos nocturnos. Camisa larga, frontal, buff, vamos, otra vez para Vietnam. Pero, que ahora no pesa, el frío cae por segundos. Y los 15´de la parada me dejan aterido.
Comida, bebida, y en marcha.
Los nanos valencianos han salido hace un rato. Los encontraremos en meta y nos dicen que acabaron 15´antes. Bien por ellos.
Otra vez de noche. Son poco mas de las seis y media de la tarde pero ya no se ve nada. Quedan unos 30 kms y otras 6 horas por delante.
En carreras noctunas, con una luz frontal que ilumina poco mas de 3-4 metros, debes llevar los sentidos al 100%. Si encima no hay balizas, sino que tienes que ir buscando las marcas blanquirojas de la GR-10, se acumula tensión.
Como soy de los tres el que la tiene mas grande, la luz, voy en cabeza. En mas de un tramo me siento como un sioux, buscando las marcas, las huellas de bufalos o lo que sea. Al llegar a meta, la tensión la tenía acumulada en los hombros.
En una zona de bajada, con pista forestal, trotamos durante kilómetros.
Es de noche. Hace frío. Ya no te quedan muchas fuerzas. Sigues por "güevos", y por que cada paso ya resta. Sabes que no queda nada....la frase hecha de este tipo de carreras. Piensas, "ya quedan menos de 30, y llevo casi 70, ¿como no voy a acabar?".
Que fácil es decirlo, pero no es fácil hacerlo.
En estos casos, busco puntos luminosos de referencia. A lo lejos, veo una luz en la altura. La sigo con la mirada pensando que sería el punto mas alto de la última montaña a subir....al final, Pepe me dijo, "¿entonces la luz de esa estrella es donde vamos a subir?".
Vaya cachondeo el Pepe. Como siempre, el que no falla. Sigue al ritmo que le digan, eso sí, siempre detrás, siempre en silencio. Mas de una vez tuve que chillar..."¿Pepe, sigues ahí?".
"¡¡¡Sigo¡¡¡", sin nada mas que decir.
Seguimos la ruta. Y Sacañet sin verse en la lejanía. No sabía como de grande era el pueblo, pero me imaginaba que se debería ver pronto. Pasan los kilómetros, y seguimos a oscuras, pedreguerío arriba, pedreguerío abajo.
Pero desde Gátova, en la parte alta de la montaña rusa. Ni una duda. Si la mañana fue una agonía, la tarde, mucho mas larga, fue para enmarcar, bien fisicamente, pletórico moralmente.
Al fin, vemos las luces de Sacañet al fondo. Pequeña bajada y llegamos al avituallamiento.
Salva dijo que acabó hasta el moño de esta etapa. Se hizo larga, aburrida y larga y aburrida.
Ultimo mensaje a pomelandia. 16 kms a meta.
Km 79 en 14:36:16. Dos horas y cuarto para 14 kms. seguimos a buen ritmo.
Etapa 6ª - Sacañet - Canales
En Sacañet encontramos a Guillermo. Se retiró en Montmayor, harto de perderse. Lástima, tras tanto andado, pero, esto es así.
Recargo el depósito. Caldito. Emparedados. Cacachuetes. Chocolate. Vamos, lo que me den. Y ración extra de la chispa de la vida.
Miro al resto de corredores en el avituallamiento. Sus caras son un poema. Desencajados. Todos sentados con la vista perdida. Me resisto a parecer un zombie andante mas. Me siento para quitarme las piedrecillas y ramas de los bambos.
Nos informan que tenemos 16 a meta. Una subida de 3 o 4 kilómetros, menos vertical que lo ya pasado y una bajada de 10 kms para llegar al final.
Así que sin pensarlo mucho, empezamos a subir.
Y si, en cuanto a la subida acertaron. Eso sí, un nuevo pedreguerío que ya me tenía torturadas las plantas del pie.
Se cansa uno de ir a oscuras. Tras salir de Montmayor a las 18:30, llegamos a Sacañet a las nueve de la noche, sabiendo que nos quedaban al menos tres horas para los restantes 16 kms, y mas que por la dificultad, por que el cuerpo ya no da para correr, a veces ni para andar, solo el "zen" te mantiene un pie delante y otro atras.
Hacemos cumbre por un navajo llamado Corral de Elias. Aquí llaman navajos a pequeñas lagunas que se forman en lugares elevados, embalsadas de forma natural. Aprovechando esto, el Hombre construyó casas para poder criar al ganado. Como esta.....
...no, no son Pepe y Salva.
En un rápida bajada, todo lo rápida que te puede dejar un cuerpo molido, llegamos a Canales, con mucho frío, aunque en esta zona era muy curioso, que pese a la noche, de repente había zonas que hacía mucho frío, como zonas que te venía el aire caliente.
10 kms a meta.
Ultima Etapa Canales - La Puebla de Andilla
Llegamos a el último avituallamiento, de nuevo a cubierto, con fuego y todo.
Dos zagalas, que no debían ni llegar a los 20 años, con cara de agotadas, nos dieron bizcocho, leche, café, chocolate y plátano.
Nos sentamos. Si, no deberíamos haberlo hecho, pero lo hicimos.
Cuando salimos otra vez a la fría noche, tirito sin parar.
"Venga, 10 kms de bajada y ya estais", literal.
Y vamos y nos lo creemos.
En este avituallamiento, se nos ha unido un corredor valenciano que en la anterior etapa alcanzamos, perdido, en el recorrido. Nos cuenta que le tironean todos los músculos de las piernas.
Hasta meta, iremos juntos.
La bajada, bueno, la bajada. Ni era todo bajada, ni era pista forestal ni nada.
Mas de una subida. Pedreguerío a tutiplén. Terreno dificil, y todo ello, con un cansancio tremendo. Así que trotamos cuando podemos, que son los menos, y andamos el resto, cuesta abajo incluido.
A lo lejos se divisaba Andilla, que, iluso de mí, creí el fin de la epopeya.
Año nuevo, nuevo reto. Y esta vez, uno de los grandes, la GR-10, atravesando la Sierra Calderona, por la provincia de Valencia.
La Sierra Calderona recibe este nombre por una afamada actriz de teatro (María Inés Calderón) que durante los primeros años del siglo XVII fue amante de Felipe IV y que tras el acostumbrado despecho habsburgo-borbonil, fue obligada a ingresar en un monasterio. No conforme con ello, huyó del mismo, para refugiarse en un collado por estas tierras valencianas.
Los senderos GR (Gran Recorrido) son itinerarios balizados con señales blancas y rojas, siendo las líneas paralelas la indicativas del sendero y las cruzadas, las que determinan una dirección equivocada.
En concreto, esta GR-10 en toda su extension, va desde Valencia a Lisboa. Por hoy, me conformaré con hacer el tramo desde Puzol hasta La Pobleta de Andilla.
Como en toda gran competición, y ésta, sin tanto glamour ni seguimiento de público, lo es, tiene previa, carrera y post-carrera.
Previa:
La previa empezó el día de la inscripción hace ya varios meses, como siempre liados por Richy....que luego, con la excusa de una boda, una comunión o un bautizo, te deja con el recado y él, de banquete en banquete.....¡¡¡ya te pillaré¡¡.
Semanas y meses de entrenamiento. Tras la dura experiencia de una ultramaratón y dos maratones de montaña en menos de dos meses a finales de 2014, decidí variar algo el tipo de entreno.
Entre semana, mas asfalto, para no perder el ritmo de carrera.
El fin de semana, monte, para mantener el ritmo en subidas y bajadas.
Visto el resultado, creo que he acertado.... por esta vez... así que seguiré con este tipo de entreno... hasta la próxima calaverada.
Viernes tarde salió la expedición murciana para conquistar el GR-10.
El incombustible Pepe, Salva (a desquitarse de la espina que tiene clavada por no haber terminado la ultra de Sierra Nevada), Guillermo (el mas corredor de todos) y Ginés....sin el tambor, pero sí con la bufanda de la zona pimentonera.
En Elche recogimos a Fausto, vencedor de mil batallas.
Arribamos al pabellón de Puzol a recoger el dorsal y ya se nota la categoría de la prueba. En la puerta, antes de entrar a por la bolsa del corredor vemos este cartel....
....¡¡¡que profesionales¡¡¡...ya antes de recoger el dorsal, ¡¡tenemos que estirar músculos¡¡. Pues nada, dicho y hecho, Salva y yo nos hicimos varias series de estiramientos para que nos dejaran entrar.
Recogidos los dorsales, nos acercamos a la charla técnica. que, bueno, acababa en ese preciso momento, pero como había un aperitivo, no era cuestión de dejarlo allí.
Primera foto de grupo, y publicidad gratis para la firma patrocinadora, parecemos salidos del photo-call de Sálvame de Luxe.
Tras unas breves compras, directos a la cena en el pabellón desde donde partiría la carrera a la mañana siguiente. Por 8 eurazos, cenamos como unos reyes. Revueltos, salchichas, patatas, pasta, agua, cerveza, chispa de la vida... de todo. Muy surtido.
A las 11:00 ya todos en el saco, ¡a dormir¡. Y pese a que me cuesta dormir fuera de casa, en este caso, tras un rato de estar en vela, al menos dormí 5 horas.
A las 4:30 sonó la campana. Nos desperezamos poco a poco y llega el último mosquetero, Fernando Patas Largas, el gran triunfador de la última ultra.
Carrera:
6:00 hora de partida. Foto de familia. Estar estoy, a ver quien es el Wally que me encuentra.
En el arco de salida un frío de aúpa, menos de tres grados, seguro. Desayuné un plátano y una napolitana. Pensé que tras el cenorro, no me entraría nada, pero el hambre fue una constante todo el día. Tranquilo y confiado.
Mensaje a mi mujer y mis hijas, es la hora de empezar.
Etapa 1ª - Puzol - Segart
Etapa totalmente nocturna. Con los años, voy perdiendo de todo....peso, pelo, paciencia....pero últimamente, lo que mas he perdido es vista, y estas etapas nocturnas, pese a correr con las gafas me dejan un poso de intranquilidad al no controlar las distancias, lo cual, ¡como no¡, se traduce en caídas.
Hoy jueves, tras la carrera, visita y revisión al oftalmólogo y me dice que tengo que cambiar las lente, ya tengo 2,25 en cada ojo. Es que la edad no perdona.
Ni media hora llevábamos corriendo cuando en la primera subida, quizás la primera piedra, seguro el primer sendero, me caí, dejándome el dedo corazón de la mano derecha muy perjudicado, hoy, cinco días después, lo sigo teniendo amoratado, pero, por fortuna, entero.
Vamos a ritmo tranquilo. La noche obliga a los seres humanos a ir juntos, los primeros ya nos van sacando distancia.
Me cuesta acostumbrarme al peso que llevo encima. Dos camisetas de manga corta y una de manga larga; pantalón pirata y pantalón de compresión; pantorilleras; buff para cuello y buff para la cabeza; y, la mochila con el chubasquero, comida, agua, móvil....vamos, si me llaman para la guerra de Vietnam, me dan puesto seguro.
Subimos al tran-tran. Muchas voces, muchos acentos, y en cambio, entre nosotros, mucho silencio.
En un momento el grupo se parte en dos, quedando Pepe, Salva y servidor, por delante. Fausto, Ginés y Fernando por detrás. Con Guillermo no contamos, el va a su ritmo muy superior al nuestro.
Subimos sin problemas las Peñas de Guaita y el Pico del Aguila. Debe ser bonito, pero no se ve nada, tan solo las luces de Puzol abajo.
Se nos hace de día en la bajada de la Font del Campaner, poco antes de llegar al primer avituallamiento, Segart, donde poco mas que agua nos dan, todos reagrupados.
Sacamos nuestras reservas, me como un trozo de membrillo y bebo agua abundante.
Voy algo pesado de piernas. Me noto falto de ritmo. Empieza la montaña rusa que supone este tipo de carreras. Primeras dudas.
Km 12 en 2:28:50, mas lentos de lo esperado.
Etapa 2ª - Segart - Serra
Segart se ve un pueblo recoleto y coquetón, que lo abandonamos cuesta abajo por la carretera.
Sin tardar mucho cogemos la variante del canal del Garbí.....y, pedazo escalada. No es larga, pero dura, durísima. Mejor no mirar abajo.
Iniciamos la escalada, por que esto, Perniles, no es correr, es hacer la cabra. Si fueran mucho metros, pues a lo mejor no me hubiera hecho gracia, pero, la vista y el esfuerzo que conllevaba, me hizo disfrutar como un nano....nano...nano....cuantas veces lo dicen por aquí. ¡¡¡Y subiendo en la montaña rusa¡¡¡.
Ahí estamos a mitad del ascenso...y luego llegó la zona que, para superar la pared, tenías que agarrarte a las cadenas para no caer....o atravesar las piedras por un pequeño hueco no aptos ni para claustrofóbicos ni para excesos turroniles.
Pues eso, haciendo el cabra, yo debo ser el segundo, el que se duerme.
O somos estos?
Buena bajada, pero me empiezo a encontrar algo cansado. Fausto y Ginés se empiezan a cortar.
Antes de llegar al final de la etapa, segunda caída. Me vengo abajo. Dudas sobre los bambos escogidos. Son muy ligeros, quizás demasiados. Sin llegar al km 22 ya me he caído dos veces. ¡¡¡¡Cayendo por la montaña rusa¡¡¡.
Llegamos a Serra, segundo avituallamiento, ya con alimento sólido. El único en los primeros 48 kms.
Señores de la Organización, craso error. No voy a entrar en que aquí pagamos todos...que también....pero saben ustedes que la prueba requiere mucho esfuerzo y tanto la comida como la bebida es básica para poder acabarla.
Este avituallamiento era escueto. El siguiente, de solo agua, que a nuestro paso se había acabado....¡¡¡error¡¡¡. Tan humanos somos los últimos como los primeros. A tomar nota para la próxima.
Km 23 en 4:03:01,todavía mas lentos de lo esperado. Esto se va a hacer eterno. ¡¡¡Doble tirabuzón con caída en picado en la montaña rusa¡¡¡.
Etapa 3ª - Serra - Gátova
En Serra, reagrupamiento de nuevo. Como mucho, hago gasto. Macarrones a pelo, mandarinas, chocolate, la chispa de la vida, plátano, vamos, no dejo nada para después.
Salimos para afrontar la etapa mas larga, y que se hizo mas que dura. Ahí empezó mi pequeño gran calvario.
Cogemos una senda amplia, recién desbrozada y corro al lado de Fausto, que me va contando las diferencias del recorrido entre este año y el anterior. Gran tipo, Fausto. Te cuenta carreras y no para, y sin medias tintas. Si acaba, estupendo, pero si se tiene que retirar, sin excusas, se retira por que no está fino, sin buscar un mochuelo al que cargarle el fallo. En ésta, no acabó, pero seguro que otras vendrán que mas grande le harán...además, casado con una cántabra......mini-punto para Fausto.
Tras un trote de varios kilómetros, llegamos a una zona que se sale del recorrido de la GR. Nos informó la organización la semana previa que se iba a modificar parte de esta etapa debido a que el dueño de los terrenos no permitía el paso por su tierras.....¡¡¡pues él se lo pierde¡¡¡...en todo caso, demuestra una mezquindad supina, espero que le críen pelo las piedras.
La organización hizo un desvío bastante bien balizado, pero que se hizo muy largo y muy duro, con un invitado inesperado para la fecha, el calor. Según nos dijeron en Gátova, 25º. No sé si sería tanto, pero hacía mucho y con la carga de ropa que llevábamos encima, era insufrible.
A la altura de la subida del Tristany, creo que se llamaba así, como las cebollas, empecé a quitarme capas, iba empapado de sudor, sin casi agua, y pese a haber comido bien, desfallecido. ¡¡¡SOS, SOS, montaña rusa en barrena¡¡¡.
Mucho calor; la carrera se me estaba haciendo eterna, no veíamos caer los kilómetros; sin casi agua; sin comida....y esta etapa duró mas de cuatro horas. Entro en agonía.
Y como era de esperar, apareció el peor enemigo del ultra-maratoniano....la desidia, por mi mente ya pasaban no ya las dudas, sino la clara idea de no querer seguir, pero no por cuestión física, que dada la situación empezaba a ser dramática, sino por no tener ganas. Y ésa, es una batalla díficil de librar.
Vas arrastrando los pies kilómetro a kilómetro, y tu cabeza te dice que basta ya, que no le apetece seguir más. El calor desespera. Entro en coma correril.
En una pequeña bajada encontramos un coche de la organización que nos da un cuarto de litro por cabeza. Bebo traguitos para que me dure.
Nos alcanza Ginés y dice que Fausto va liquidado, y que él, no se encuentra bien, que no tiene mas ganas. ¡¡¡Arrea¡¡¡...otro como yo. Las dudas son contagiosas. El bueno de Ginés, se volvió a descolgar y llegando a Gátova se perdió. Decidió parar. Ya lo dijo él, no todos los días estás para correr.
En esto, seguimos el camino, pero me abruma el deseo de pararme, pero por otra parte, me empuja el prurito personal de no rendirme.
Pero es que pasan los minutos y no se ve el final de la etapa por ninguna parte. Sigo por seguir, por no dejar tirados a Pepe, Fernando y Salva. Por no acostumbrarme a abandonar a las primeras de cambio....que en este caso es ir por el km 42 tras 7:30....y quedaban 56 kms, y sin yo saberlo, casi otras 11 horas.
Veo Gátova al fondo. Aprieto un poco en la bajada para llegar cuanto antes. Y...¡sorpresa¡, en la entrada está....¡Fausto¡....¿por donde nos ha adelantado?. Nos dice que no era el día, que no se encontraba bien y que pasado el km 30 abandonó y la organización lo trajo hasta Gátova. Sin buscar excusas. Segundo mini-punto para Fausto.
Mensaje a mis tres niñas, la grande y las dos pequeñas....¡¡¡voy bien pero algo hartito de tanta piedra¡¡.
Km 48 en 8:30:06. Cuatro horas para la última etapa de 26 kms....eternidad. Casi a 4,5 km/h.
Comida en Gátova
Llego a la plaza finiquitado. Me saco las piedras de los bambos. Tambaleante, cojo macarrones con tomate y atún, emparedado, naranja, chocolate y plátano, regados por abundante chispa de la vida.
Me siento en silencio. Salva a mi lado, tampoco dice mucho. Pepe se sienta solo. Fernando llega algo mas tarde con cara de pocos amigos y muy tentado a abandonar.
Para colmo de males, nos dicen que el "escoba", esto es, el corredor que cierra la carrera, marca el fuera de control y que te obliga a abandonar si te alcanza, está a solo 20´.
Recuento. Calor, dolor, desidia, hambre, sed...y encima presión del cierre de control
Como mucho, pero mucho mucho.
Y, de repente, mirando a Salva le digo; "Hoy no es el día de abandonar. Esta carrera la vamos a acabar". Sin saber ni como ni porqué, inicio la remontada, ¡¡¡montaña rusa en subida vertical¡¡¡.
Fausto nos dice que la segunda parte es mas llevadera, con mas zonas corribles, y que lo peor será la noche. Mirando el perfil, algo no cuadra.
Nuevo mensaje a mi medio pomelo y mis pomelitas, sigo hasta la siguiente sí o sí, y allí, según me vea decido.
Nos levantamos. Cogemos algo de comida para llevar e iniciamos la siguiente etapa.
Etapa 4ª - Gátova - Montmayor
Salimos y la primera en la frente. Una subida dura, aunque corta, hasta la Fuente de la Fonfría. Sufriendo mucho, pero con él ánimo por las nubes. Vamos juntos Salva, Pepe, Fernando y yo. Fernando va mal, tuvo muchas dudas de seguir en Gátova, y cuando lleguemos al altiplano camino de Montmayor, se quedará solo.
Otros pensarían que iba a abandonar, pero yo tenía claro que lo conseguría. Fernando dice que en toda carrera larga hay un momento "zen", a partir del cual ya no sientes el dolor, ni la angustia, ni la desidia, que sigues como un autómata, pero que sigues, con el único objetivo de acabar. Y lo consiguió, con el escoba pisándole los talones, pero lo consiguió. Es un fenómeno....y no lo quieren en el Montblanc....Fernando, ellos se pierden a la élite como tú.
Si, se quedó solo. Es la ley no escrita de estas carreras. No dejas al compañero, es él el que se queda. Tan solo me pasó en la Almudayna, me quedé solo, aunque luego me recuperé. Sin acritud.
Y en el llano empezamos a correr, y corrimos, vamos que si corrimos. En las tres horas que nos quedaban de luz corrimos, y mucho. Dimos alcance, nano, a unos zagales valencianos, nano, que nos acompañaron toda la etapa, nano.
Jóvenes, pero ya con muchas aventuras pasadas, y según contaban, no solo en carreras.
Y me llega mi momento "zen", tras la comida, subidón al máximo, y trotamos durante al menos 8-10 kms junto con los valencianos. Voy a velocidad de crucero, en el punto mas alto de mi moral y de mi montaña rusa. Atrás quedan las dudas. Ahora solo es una cuestión de testiculitis. Noto el cansancio, ¡como no¡, pero no tengo dolores como en otras ocasiones. Tan solo la acumulación de kilómetros en las piernas.
Otra etapa larga, pero sin tanto sube y baja. Bastante llano, mucho pedreguerío del que acabé harto. Fue la etapa que más rápido se me pasó, haciendo un total de 17 kms.
Ya solo vamos Salva, Pepe y yo.
Salva, en muchos tramos tira del grupo. Se le ve con ganas y confiado. Tiene claro que va a acabar, no sabe como, pero lo va a hacer. Se le nota un tipo reflexivo, que no se deja llevar por el mal momento. Al menos eso es lo que transmite. Tranquilidad. Como si la cosa no fuera con él. Así que siempre es un compañero necesario para estas aventuras.
Con tranquilidad, arribamos en el km 65 al siguiente avituallamiento, que a partir de Gátova, todo hay que decirlo, mejoraron ostensiblemente con bebida y comida abundante.
El sol, felizmente se esconde. Adiós al calor...aunque con la fresca que empezaba a caer, no sé que es mejor.
Mensaje a casa. "Km 65". "Oleee, que avance", responde mi medio pomelo. "Eres nuestro campeón, pero si no puedes mas, párate. Nosotros te queremos igual". Medio Pomelo, yo si que te quiero igual o mas cada día.
Km 65 en 12:02:14. Descontado el tiempo de la comida, entorno a tres horas para los 17 kms, de largo, la mejor etapa de todas. A una media de 6,5 km/h. Si mi media total fue de 5 km/h, podeis suponer el cambiazo sufrido. Moral por las nubes.
Etapa 5ª - Montmayor-Sacañet
Llegamos al avituallamiento de Montmayor, y la luz se va. Es el momento de volverse a poner los aperos nocturnos. Camisa larga, frontal, buff, vamos, otra vez para Vietnam. Pero, que ahora no pesa, el frío cae por segundos. Y los 15´de la parada me dejan aterido.
Comida, bebida, y en marcha.
Los nanos valencianos han salido hace un rato. Los encontraremos en meta y nos dicen que acabaron 15´antes. Bien por ellos.
Otra vez de noche. Son poco mas de las seis y media de la tarde pero ya no se ve nada. Quedan unos 30 kms y otras 6 horas por delante.
En carreras noctunas, con una luz frontal que ilumina poco mas de 3-4 metros, debes llevar los sentidos al 100%. Si encima no hay balizas, sino que tienes que ir buscando las marcas blanquirojas de la GR-10, se acumula tensión.
Como soy de los tres el que la tiene mas grande, la luz, voy en cabeza. En mas de un tramo me siento como un sioux, buscando las marcas, las huellas de bufalos o lo que sea. Al llegar a meta, la tensión la tenía acumulada en los hombros.
En una zona de bajada, con pista forestal, trotamos durante kilómetros.
Es de noche. Hace frío. Ya no te quedan muchas fuerzas. Sigues por "güevos", y por que cada paso ya resta. Sabes que no queda nada....la frase hecha de este tipo de carreras. Piensas, "ya quedan menos de 30, y llevo casi 70, ¿como no voy a acabar?".
Que fácil es decirlo, pero no es fácil hacerlo.
En estos casos, busco puntos luminosos de referencia. A lo lejos, veo una luz en la altura. La sigo con la mirada pensando que sería el punto mas alto de la última montaña a subir....al final, Pepe me dijo, "¿entonces la luz de esa estrella es donde vamos a subir?".
Vaya cachondeo el Pepe. Como siempre, el que no falla. Sigue al ritmo que le digan, eso sí, siempre detrás, siempre en silencio. Mas de una vez tuve que chillar..."¿Pepe, sigues ahí?".
"¡¡¡Sigo¡¡¡", sin nada mas que decir.
Seguimos la ruta. Y Sacañet sin verse en la lejanía. No sabía como de grande era el pueblo, pero me imaginaba que se debería ver pronto. Pasan los kilómetros, y seguimos a oscuras, pedreguerío arriba, pedreguerío abajo.
Pero desde Gátova, en la parte alta de la montaña rusa. Ni una duda. Si la mañana fue una agonía, la tarde, mucho mas larga, fue para enmarcar, bien fisicamente, pletórico moralmente.
Al fin, vemos las luces de Sacañet al fondo. Pequeña bajada y llegamos al avituallamiento.
Salva dijo que acabó hasta el moño de esta etapa. Se hizo larga, aburrida y larga y aburrida.
Ultimo mensaje a pomelandia. 16 kms a meta.
Km 79 en 14:36:16. Dos horas y cuarto para 14 kms. seguimos a buen ritmo.
Etapa 6ª - Sacañet - Canales
En Sacañet encontramos a Guillermo. Se retiró en Montmayor, harto de perderse. Lástima, tras tanto andado, pero, esto es así.
Recargo el depósito. Caldito. Emparedados. Cacachuetes. Chocolate. Vamos, lo que me den. Y ración extra de la chispa de la vida.
Miro al resto de corredores en el avituallamiento. Sus caras son un poema. Desencajados. Todos sentados con la vista perdida. Me resisto a parecer un zombie andante mas. Me siento para quitarme las piedrecillas y ramas de los bambos.
Nos informan que tenemos 16 a meta. Una subida de 3 o 4 kilómetros, menos vertical que lo ya pasado y una bajada de 10 kms para llegar al final.
Así que sin pensarlo mucho, empezamos a subir.
Y si, en cuanto a la subida acertaron. Eso sí, un nuevo pedreguerío que ya me tenía torturadas las plantas del pie.
Se cansa uno de ir a oscuras. Tras salir de Montmayor a las 18:30, llegamos a Sacañet a las nueve de la noche, sabiendo que nos quedaban al menos tres horas para los restantes 16 kms, y mas que por la dificultad, por que el cuerpo ya no da para correr, a veces ni para andar, solo el "zen" te mantiene un pie delante y otro atras.
Hacemos cumbre por un navajo llamado Corral de Elias. Aquí llaman navajos a pequeñas lagunas que se forman en lugares elevados, embalsadas de forma natural. Aprovechando esto, el Hombre construyó casas para poder criar al ganado. Como esta.....
...no, no son Pepe y Salva.
En un rápida bajada, todo lo rápida que te puede dejar un cuerpo molido, llegamos a Canales, con mucho frío, aunque en esta zona era muy curioso, que pese a la noche, de repente había zonas que hacía mucho frío, como zonas que te venía el aire caliente.
10 kms a meta.
Ultima Etapa Canales - La Puebla de Andilla
Llegamos a el último avituallamiento, de nuevo a cubierto, con fuego y todo.
Dos zagalas, que no debían ni llegar a los 20 años, con cara de agotadas, nos dieron bizcocho, leche, café, chocolate y plátano.
Nos sentamos. Si, no deberíamos haberlo hecho, pero lo hicimos.
Cuando salimos otra vez a la fría noche, tirito sin parar.
"Venga, 10 kms de bajada y ya estais", literal.
Y vamos y nos lo creemos.
En este avituallamiento, se nos ha unido un corredor valenciano que en la anterior etapa alcanzamos, perdido, en el recorrido. Nos cuenta que le tironean todos los músculos de las piernas.
Hasta meta, iremos juntos.
La bajada, bueno, la bajada. Ni era todo bajada, ni era pista forestal ni nada.
Mas de una subida. Pedreguerío a tutiplén. Terreno dificil, y todo ello, con un cansancio tremendo. Así que trotamos cuando podemos, que son los menos, y andamos el resto, cuesta abajo incluido.
A lo lejos se divisaba Andilla, que, iluso de mí, creí el fin de la epopeya.
Zarzas, piedras, arbustos, ya todo molesta. En este punto y lugar, empiezas a acordarte de la familia de cada organizador, de cada paisano o de cada casa que pasas. Debe ser una reacción desesperada a la necesidad de llegar.
Ya ni zen, ni nada, ahora es....¡¡¡falta muchooooo¡¡¡¡.
Avisados de que antes de Andilla hay una cuesta muy pindia, lo tomamos con tranquilidad.
A la entrada del pueblo pasamos por unas calzadas medievales que ya torturan unos pies al rojo vivo.
Subimos la cuesta. Silencio.
Entramos en el pueblo. Silencio.
Atravesamos el pueblo. Silencio.
"¿Pero donde está el arco de meta?", nos preguntamos.
"En La Pobleta de Andilla", nos dijo el valenciano. Nanoooooo, que esto no acaba nunca.
Así que otro par de kilómetros más.
Que hartura, casi tanto como tu de leer este ladrillo, si es que has podido aguantarlo entero.
Al fondo se ven luces, se distingue el arco. Ya estamos
18:16:04 horas después de salir de Puzol hacemos entrada en meta.
Si, llegué el 179. El escoba llegó 45´minutos después, pero llegué. Vencí, no a los corredores, sino al demonio que llevaba dentro y que me decía "párate". Es difícil explicar las sensaciones. Tras las más de 18 horas, y lo sufrido, pasan los días, y lo único que te viene a la cabeza es la sensación de tremenda satisfacción que te inunda.
Habrá otras carreras, y cuando esté en el meollo, sufriré mucho y volveré a pensar "¿por que estoy otra vez así? ¿que necesidad tengo de estar así?", para finalmente disfrutar ese momento efímero de la llegada a meta y esa felicidad del reto conseguido
Post-carrera
Ya he terminado. Tras varios intentos baldíos de foto para la posteridad, corremos a por la mochila para la ducha y comer, algo mas.
La primera en la frente, no hay agua caliente.
Salgo zumbando a quejarme, y el paisano de turno me dice "lo siento". ¿Lo siento?, ¡como se nota que estabas ahí plantado rellenando tu panza todo el día¡.
Aparece un miembro de la organización para intentar solucionarlo, pero me tocó ducharme con agua fría....brrr, a casi 0º en el exterior, con mas de 18 horas de esfuerzo y con una tiritona de cuidado, esto fue el remate.
Parece ser que los anteriores y los posteriores si pillaron agua caliente, a Salva y a mi nos tocó la fresca....y no solo de agua.
Ya vestidos, empiezo a cenar y vamos que si cené. Trozos de pizza a pares.
Mensaje a Inmaculada, Marta y Julia. Estoy bien, he terminado. podeis dormir.
A veces me siento muy mal por tenerlas en vilo con estas aventuras, pero, es que, no sé....pues....estooo.
Y estando tranquilamente tiritando por la ducha y comiendo....¡¡¡¡aparece Fernando¡¡¡¡. Que tío. Pese a todo lo que pasó, llegó. Le sacó solo 10´ al escoba, pero llegó. Es un fenómeno. Puro diésel.
Ya poco mas que contar.
Bajada en autobús a por el coche en Puzol. Fiasco de viaje de vuelta en coche, agotado, y traicionado por el tom-tom, que nos hizo visitar Cofrentes y Almansa antes de llegar a casa.....o, mas bien, que del agotamiento, no atinaba con la maquinita. Mil perdones para Fernando, Salva y Pepe por la vuelta manchega.
Reto concluido.
Otro vendrán, pero éste, cumplido.
Podría decir que me ha encantado, pero no. El recorrido, va por rachas, desde zonas de paisajes preciosos hasta pedregueríos insufribles, arboledas calcinadas u oscuridad durante 8 de las 18 horas.
La labor de la organización, como la carrera, con sus subidas y bajadas.
Hasta la próxima. El lábaro cántabro volverá para vencer cada reto.
Te mereces un premio por aguantar el ladrillo entero.
¡¡¡¡¡¡¡Roma Victrix¡¡¡¡¡¡¡¡
Jeje, buenisima cronica como siempre. Que me he retirado que sino alguna día me hubiera gustado, aunque la vida es mu larga. Un saludico y felicidades.
ResponderEliminarParece mi aventura del año pasado, nanos incluidos. Enhorabuenaaaa
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